Papunashvili pasó un mal rato en la caseta de Almería tras el partido

El georgiano, que ya fue censurado sobre el césped por varios compañeros por las consecuencias fatales de su individualismo en la jugada del 2-1, fue el centro de atención del grupo.

Papunashvili, con las manos en la cara, nada más suceder el desastre del 2-1 del Almería tras un error suyo por una actitud individualista en un ataque que debió ser el 1-2 para el Zaragoza y que él perdió.
Papunashvili pasó un mal rato en la caseta de Almería tras el partido
Carlos Barba

Papunashvili pasó un mal rato en la caseta de Almería tras el partido. Quien haya jugado al fútbol medianamente en serio sabe cómo son los densos minutos de vestuario nada más perder en el último instante, mucho más si el gol que te tumba viene como consecuencia de una pifia descomunal de alguna individualidad. El georgiano pasó por ese trance en los bajos del estadio de los Juegos Mediterráneos, en el momento de la ducha. Fue el foco de atención de todos los demás.

Ya lo había sido, más en caliente aún, sobre el césped. Nada más suceder la jugada en la que el Almería logró el 2-1 pasado el minuto 87, tras un pecado de individualismo del mediapunta zaragocista, que intentó acabar él solo un contragolpe en franca superioridad, donde hasta cuatro compañeros le daban líneas de pase para quedarse solos ante el portero local, René, y lograr un bien distinto 1-2 victorioso para los aragoneses. Papu se oyó las primeras palabras de censura por su nefasta decisión. Después, en la privacidad de las seis paredes del vestuario (contemos suelo y techo también), llegó la traca final para el internacional por Georgia, al que quedará esta noche de septiembre almeriense grabada a fuego en su cerebro.

Después, el técnico Idiakez salió con el capote de torero a la sala de prensa. "Nos marcan en el 89, fuera de casa, con los dos laterales incorporados al ataque, junto a los dos puntas... una pérdida de Papu..." contó el donostiarra antes de frenarse en seco. "Papunashvili podía haber buscado el ataque final con su lateral (Benito), pero ha decidido conducirla por dentro, la hemos perdido... no es cuestión de decirle nada", dijo públicamente Idiakez. Una cosa era la sala de prensa y otra los adentros del grupo.

El citado Benito y el capitán Zapater fueron los dos portavoces del equipo en zona mixta. Tardaron más de media hora en salir, fueron los últimos. Benito, como todos, no daba crédito a lo sucedido, al varapalo final. Y lanzó su índice sin nombrar pieza al comentar de soslayo, mordiéndose la lengua, la jugada de marras: "Nos ha faltado, en el último tramo del partido, decidir bien para acabar bien las jugadas. Íbamos 6 jugadores en una contra para matarla. En ese último momento no hemos estado acertados y es ahí donde hay que matar los partidos", dijo en su análisis somero, sin entrar en detalles nominales que, eso sí, subyacían en la descripción y tenían desinencia georgiana. "El equipo está muy jodido", remató el lateral.

Zapater no se desvió demasiado minutos después de este atenuado modo de ver lo acontecido. "Sé que es un 'y si...', pero en la jugada del segundo gol del Almería, podíamos estar hablando de un 1-2 si elegimos bien. Y en la contra, nos han hecho gol ellos. Tengo que verlo, pero la imagen que tengo en la cabeza es de muchos jugadores del Real Zaragoza para hacer gol, si hubiéramos elegido bien. Y la cosa acaba con el contragolpe de ellos y el 2-1", rememoró con acritud en el discurso el capitán ejeano. El protagonista implícito de cada frase era el mismo: Papunashvili.

Papu se duchó rápidamente y, junto con los suplentes (Ratón, Soro...) fue de los primeros en pasar por delante de la zona mixta para subirse al autobús en el exterior del estadio. Las cosas le aconsejaron salir pronto de la caseta. Idiakez, el entrenador, por el contrario, se quedó un largo rato allí dentro. Y salió solo, con paso lento, cubriendo el largo vomitorio que llevaba al bus con el gesto torcido, cabizbajo, meditabundo. No había sido un día feliz, no había concluido la tarde con un rato agradable. El error de Papu así lo patrocinó. Como advirtió Zapater tras el fregado, "tenemos que aprender de esta derrota".

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