El Zaragoza vuela al ritmo de seis victorias consecutivas, ocho partidos sin perder, un impulso en la clasificación que le ha devuelto la condición de aspirante al ascenso, pisa terreno de promoción, en La Romareda ha impuesto su ley… el equipo acumula méritos y logros, pero su entrenador considera que es el momento perfecto para rebajar los entusiasmos y advertir del margen de mejora. Ni siquiera la visita del colista ni la oportunidad de acercarse a cotas mayores rompe el discurso autocrítico y admonitorio que Natxo González ya apuntó tras vencer a Osasuna: "No podemos permitir que nos generen tantas ocasiones en pocos minutos como en Pamplona porque son situaciones que se pueden prevenir. No podemos dejar que se nos descontrolen tanto los partidos", avisó.

Natxo no quiere euforias irresponsables ni sobredosis de confianza en ningún ámbito. "Es igual que cuando las cosas no nos salían pese a que hacíamos cosas bien. Ahora, estamos satisfechos y contentos, pero no hay que caer en la autocomplacencia, hay que analizar estas victorias para saber qué hemos hecho bien y qué hemos hecho mal, ser capaces de detectarlo y estar preparados para lo que nos pueda venir y poder dar respuesta a las adversidades. Que no nos sorprenda nada. Hay que estar preparados", explicó. "Nos vamos a enfrentar a rivales muy complicados, algunos directos, y eso me inquieta un poco. No podemos perder el control del partido como lo perdimos el otro día en Pamplona. Para tener opciones de estar entre los mejores hay que tener esa madurez para saber gestionar los partidos", indicó. "Entendiendo al rival que teníamos enfrente El Sadar me inquieta el que después de haber tenido el control de la situación 20 ó 25 minutos se nos fuera de las manos. De ahí la autocrítica. En Pamplona ganamos porque a pesar de no estar muy bien estamos siendo un equipo letal de medio campo hacia arriba, pero no podemos sobrevivir con la cantidad de intervenciones de nuestro portero, que fue decisivo", argumentó.

La escalada del Zaragoza le ha conducido a un punto en el que está a tiempo de todo. Sin embargo, Natxo González opta por la mesura y la prudencia. Considera desproporcionado, "viniendo de donde viene el equipo", plantearse ahora el ascenso directo como objetivo: "Entiendo que se hable de eso porque aquí pasamos del blanco al negro con facilidad, pero el objetivo es acabar entre los mejores. Ya creíamos hace dos meses que podíamos llegar al final con opciones y ahora que estamos ahí el objetivo es acabar entre los mejores", deslizó, recalcando la hoja de ruta del Real Zaragoza: "El objetivo era llegar al tramo final con opciones de estar entre los mejores. En este sentido, se están cumpliendo. A partir de ahora, a ver si somos capaces de competir bien para llegar al final en esas posiciones de privilegio", insistió el técnico, partidario de los mensajes ambiciosos, pero sin saltarse etapas: "Con 33 puntos en juego puede pasar de todo. Todavía queda mucho camino y habrá curvas. El tema es cómo vamos a responder ante ellas, por eso es necesaria esa madurez. Queremos estar entre los mejores, quedan 33 puntos y esos puntos dan para mucho, para ascender directo, para acabar tercero o quinto, o también para finalizar el décimo. Estamos bien posicionados, pero queda mucho", subrayó el entrenador del Real Zaragoza.