La idea prevalente, todavía, es seguir con Agné

La dirección deportiva del Real Zaragoza continúa considerando que el cambio de entrenador, pese a la gravedad de la crisis, no es la solución.

Raúl Agné, cabizbajo, rodeado del equipo, también con las cabezas gachas, al inicio del entrenamiento de este domingo.
Raúl Agné, cabizbajo, rodeado del equipo, también con las cabezas gachas, al inicio del entrenamiento de este domingo.
Toni Galán

¿Seguirá Agné al frente del vestuario del Real Zaragoza tras el enésimo fiasco del equipo, esta vez ante el Sevilla Atlético en La Romareda? ¿Puede sostenerse en el cargo alguien que lleva una racha de 8 puntos obtenidos de los últimos 33 disputados? ¿Es cabal y responsable seguir adelante con un técnico que ha perdido todo crédito de puertas afuera, aguantarlo aunque sea embalsamado deportivamente, porque se teme un peor escenario si se acude a un tercer entrenador en lo que va de curso? 

Esa es la pregunta que se hace el zaragocismo desde la noche del sábado. Y, con seguridad, también los responsables de la entidad. ¿Qué hacer? ¿Merece la pena seguir insistiendo en la idea de aguantar a Agné hasta que la situación, si se produjera, sea insostenible de todo punto?

Al mediodía del domingo, poco más de 12 horas después de sufrir una nueva cornada del fútbol con la derrota por 1-2 ante el equipo B del Sevilla, la idea de la dirección deportiva es la misma que antes de ese sofocón. Es decir, seguir apostando por Agné mientras el equipo no caiga a puestos de descenso. Esa es la frontera establecida ya hace tres semanas, cuando las alarmas saltaron tras perder en La Romareda 1-2 ante el Nástic de Tarragona. Algo que, entonces, se confiaba en que jamás se llegara a consumar, mucho más viendo el calendario inminente que oponía al Numancia, al Córdoba y al Sevilla Atlético, momento en el que se contaba con obtener una buena suma de puntos que no ha terminado llegando.

Como esta semana es imposible que el Real Zaragoza caiga a descenso, la destitución de Agné no entra en los planes iniciales de nadie en el seno de decisión del club. Otra cosa es cómo transcurran los acontecimientos inmediatos en las próximas horas. Las reuniones del entrenador, los jugadores y el director general en la mañana del domingo en la Ciudad Deportiva habrán dejado su poso. De ahí se estarán extrayendo consecuencias, aromas, respuestas, indicios, certezas. Y, una vez maceradas y pasadas por el microscopio, se reafirmará la intención primaria de mantener a Agné una semana más o, quizá, se constate que no queda más remedio que pensar otra cosa diferente.

Es un giro de tuerca más en el mismo sentido adverso de las semanas previas a este nuevo fracaso. Una decisión, la de tener que despedir a Agné, delicada, indeseada, de efectos secundarios poco halagüeños pero que, en su alternativa, que es darle continuidad pese a todo, tampoco tiene la solución adecuada, según se ve. Un auténtico conflicto de pareceres, de razonamientos, de cuestiones estratégicas.

Por ahora, nada se mueve. Agné ha estado en la mañana del domingo en la Ciudad Deportiva y lo previsto es que prepare el partido del próximo domingo en Elche. Salvo que algo no previsto asome a muy corto plazo desde el núcleo de mando de la entidad zaragocista. No es descartable, pero no es la tendencia prevista.

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