“Hay que ser realistas. Y, con los partidos que quedan, ahora mismo estamos luchando porque el equipo no descienda. Esa es la realidad. Y tenemos que tratar de salir de abajo. Es una mierda decir esto, porque se hizo un equipo para luchar por otras cosas. Pero ahora no hay que acobardarse y tirar hacia delante”. Son palabras de José Enrique Sánchez, el lateral izquierdo del Real Zaragoza, en el pos partido de Córdoba. El veterano jugador blanquillo, uno de los referentes del vestuario, puso las cosas en su sitio con crudeza y nitidez. Para que todo el mundo tenga claro dónde está el equipo a tres meses de la conclusión de la liga y para que cada protagonista de la película de miedo que es hoy en día el devenir zaragocista en la Segunda División sintonice la onda adecuada.

José Enrique habló de forma cristalina de la Segunda B. Del riesgo que existe de caer a ese pozo negro. Hasta ahora, se consideraba un sacrilegio siquiera mentar esta cuestión. José Enrique, en Cordoba, dio un paso adelante y se saltó esa barrera por primera vez desde dentro de la caseta. El abismo de la Segunda B no es un imposible para el errático Real Zaragoza que en la noche de este sábado tiró a la basura inexplicablemente un partido que tenía ganado y que debió rematar varias veces ante un rival histérico que tenía todo en contra, hasta el marcador de 0-1 desde que Ángel adelantó a los zaragocistas al borde del descanso.

"Les hemos regalado nosotros el partido. Con el 0-1 estaban hundidos y teníamos que haberlos matado. Era un partido clave y deberíamos haber sacado los 3 puntos después de retirarnos con 0-1 en la primera parte”, lamentó en voz alta de manera dolorosa el lateral valenciano.

Es, por lo tanto, una evidencia que en el seno del grupo ya se siente el vértigo de los cuatro últimos puestos de la clasificación. Que ya no tiene sentido buscar asideros de cartón piedra para eludir la realidad indeleble. José Enrique ha puesto a todos en onda tras el inexplicable partido perdido por el Real Zaragoza en Córdoba. Los locales no marcaban dos goles en un partido desde hacía meses, estaban siendo abucheados por su público, metido en guerra de guerrillas con la directivas desde hace largo tiempo. Y los zaragocistas tuvieron el marcador en franquicia hasta que restaban 20 minutos. Una falta de solvencia de imposible defensa. A Raúl Agné, el entrenador, el suelo se le ha agrietado de muy mala manera tras lo ocurrido en El Arcángel. Eso tampoco se pude obviar.