La rodilla de Wilk vuelve a estallar

El polaco tiene rota la reconstrucción de los ligamentos cruzados de la operación de hace 11 meses y le espera el quirófano.

Cezary Wilk, el pasado 18 de julio antes de subir al autobús que llevó al equipo hasta Boltaña para llevar a cabo la estadía pirenaica durante nueve días.
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Aránzazu Navarro

Cezary Wilk vuelve a tener la rodilla derecha rota. El fuerte golpe que sufrió el centrocampista del Real Zaragoza al final del entrenamiento del lunes en la Ciudad Deportiva en dicha articulación, motivo por el que se quedó finalmente fuera de la convocatoria para el partido de este martes en Tarragona, ha tenido la peor de las consecuencias posibles. Según la resonancia magnética nuclear a la que se ha sometido el pivote polaco en el Hospital Quirón, tiene afectada la plastia del ligamento cruzado anterior y tendrá que volver a ser intervenido quirúrgicamente en los próximos días.


La reconstrucción que los cirujanos hicieron en su día de los ligamentos de la rodilla diestra, cuando Wilk se lesionó por primera vez en octubre del año pasado en Gerona, se ha quebrado. Por lo tanto, la zona dañada deberá ser restaurada nuevamente y el jugador deberá comenzar desde cero una nueva rehabilitación. Por lo tanto, puede afirmarse que, por segundo año consecutivo, a Wilk se le ha terminado la temporada prematuramente.


El año pasado, el de su fichaje por el Real Zaragoza procedente del Deportivo de La Coruña, Wilk solo pudo jugar en 9 partidos antes de caer gravemente lesionado en Montilivi durante el partido liguero ante los gerundenses. Una larga y complicada recuperación arruinó su primer curso como zaragocista y, hasta bien entrada la pretemporada del reciente verano, el de Varsovia no se sintió de nuevo al cien por cien y sin molestias.


Este año, a Wilk solo le ha dado tiempo de jugar en dos partidos de liga y uno de Copa. Su nueva rotura de rodilla le ha llegado un mes antes incluso que la del año pasado. El hecho de que esa rodilla vaya a ser, en lo sucesivo, reincidente en la fractura ligamentosa, es todo un inconveniente para el futuro de Wilk, que en febrero cumplirá 31 años. Difícilmente llegará a tiempo de estar en forma y poder jugar partidos de envergadura en la recta final de la temporada, aunque las valoraciones más optimistas digan que en seis o siete meses volverá a estar apto para competir en condiciones.


El polaco concluye contrato con el Real Zaragoza el próximo 30 de junio, por lo que su bienio como zaragocista va a pasar a la historia por la mala fortuna del jugador con las lesiones y su escasa participación a consecuencia de las mismas.  Este verano, a instancias del entrenador, Luis Milla, a Wilk se le instó a que buscase nuevo equipo y se marchara de la plantilla zaragocista. El ‘6’ del Real Zaragoza no quiso atender la sugerencia y prefirió quedarse en busca de un puesto en el equipo, tras el año de infortunio que vivió en la anterior campaña. En apenas unos días de liga, la historia se repite, tanto para Wilk como para el club aragonés.


Ahora se abre una nueva puerta a escrutar por parte de los dirigentes zaragocistas: al tratarse de una lesión grave, superior a los 5 meses de convalecencia y baja deportiva, el Real Zaragoza tendrá un periodo extraordinario y el respaldo de la normativa de la LFP para poder fichar un sustituto que, bien esté en el mercado de jugadores en paro, o bien esté militando en algún club español en estos momentos. Será cuestión de tener claro el objetivo y, sobre todo, de que la Liga admita ese nuevo gasto en el marco salarial que tiene estipulado el club blanquillo para todo el año.

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