Manu Herrera ha pasado el día en blanco en Boltaña. El portero no ha entrenado en ninguna de las dos sesiones que el Real Zaragoza ha llevado a cabo en el campo de Villaboya de la localidad pirenaica este jueves. El veterano portero madrileño se ha quedado en el hotel toda la jornada, siendo tratado por los fisioterapeutas aquejado de una sobrecarga muscular y molestias que le han impedido ejercitarse con normalidad. De este modo, el preparador de guardametas, Mikel Insausti, solo ha diseñado un programa de ejercicios para dos arqueros: Ratón y Whalley, dado que Alcolea ya abandonó la concentración pirenaica en la noche del martes para convertirse en nuevo refuerzo del Toledo, equipo de Segunda B.

Manu Herrera sigue inmerso en una situación incómoda en el día a día del equipo, sabedor desde el inicio del verano de que el club no cuenta con su concurso para la temporada que está a punto de comenzar. La dirección deportiva hizo pública en la tarde del miércoles la incorporación de Irureta, ex portero del Eibar, que llega al Real Zaragoza con vitola de titular. Y días atrás, con la renovación del contrato del joven Ratón hasta 2019, la entidad zaragocista manifestó así el ascenso del portero del filial al primer equipo y su apuesta firme por él como hombre de futuro para dicho puesto de especialista. Es evidente que Manu Herrera no tiene sitio en la plantilla y que el año de contrato que le queda de vigencia deberá ser resuelto de algún modo en el futuro inmediato.