El Zaragoza cambia de cara

De los titulares ayer en Huelva, únicamente Whalley, Rico, Fernández y Javi Álamo habían participado en el último partido de la anterior temporada. Pese a la profunda renovación de la plantilla, que sigue en proceso de construcción, el equipo ofreció una imagen muy digna.

Los zaragocistas Diogo y Adán Pérez, durante el partido de ayer en Huelva.
El Zaragoza cambia de cara
A. Domínguez/Información de Huelva

Fernández, Rico, Whalley y Javi Álamo. Apenas cuatro futbolistas. Eso es todo. Ahí acaba el recuento de los jugadores del Real Zaragoza que, además de competir ayer en Huelva, también habían sido alineados en el anterior partido oficial de los aragoneses. Fue en Alcorcón, el pasado 8 de junio, en el encuentro que clausuraba la temporada 2013-2014. Sólo han transcurrido 2 meses y medio desde entonces. El dato, muy significativo, retrata la amplia renovación acometida por el club zaragozano en las últimas semanas. Un proyecto deportivo totalmente nuevo, todavía en fase de construcción, que necesita tiempo –mucho tiempo– para alcanzar su verdadera medida.


En ese sentido, la competición ha irrumpido demasiado pronto para el Real Zaragoza. El equipo aragonés compareció ayer en Huelva con una plantilla inconclusa, insuficiente, con numerosas líneas aún por reforzar. El diseño definitivo no se vislumbrará  hasta el próximo 31 de agosto, cuando se cierre el mercado estival de fichajes. Hasta entonces, el cuadro zaragocista deberá competir con lo que tiene en la actualidad.  


¿Y qué tiene el Real Zaragoza en la actualidad? De momento, en Huelva hubo un desembarco masivo de canteranos: cinco formaron parte del equipo inicial –Rico, Whalley, Muñoz, Adán Pérez y Vallejo–; y otros cinco –Alcolea, Nieto, Guti, Jorge Guti y Diego Suárez– aguardaron su oportunidad desde el banquillo, aunque finalmente no saltaron al terreno de juego. De todos ellos, solamente Diego Rico contaba con una presencia continuada en la primera plantilla, tras actuar en 30 partidos de Liga durante el curso anterior. El resto apenas tiene recorrido en el fútbol profesional. 


De hecho, el protagonismo de Óscar Whalley en la Segunda División se reduce a sólo tres partidos: el disputado ayer en Huelva, más los dos encuentros que cerraron la pasada campaña –contra el Sporting y el Alcorcón–. Adán Pérez y los juveniles Muñoz y Vallejo, también titulares en Huelva, se estrenaban ayer en la categoría de plata del fútbol español. Pese a todas sus limitaciones, el conjunto aragonés opuso una tenaz resistencia ante el Recreativo, un rival mucho más estructurado. El equipo de Muñoz jamás se descompuso, nunca se dejó vencer por el desánimo, y encontró su recompensa tras sumar un punto en rodeo ajeno. 


El encuentro de ayer dejó dos certezas. La primera, que los futbolistas del Real Zaragoza necesitan tiempo. Tiempo para asimilar los sistemas de juego, para conocer a sus compañeros, para ejecutar sin desatenciones el ideario del entrenador. Carecias lógicas de un conjunto aún por definir. La segunda evidencia, mucho más positiva, atiende a la actitud de los jugadores, ayer ejemplar. El mensaje fue categórico: el equipo saldrá a competir contra cualquier rival y en cualquier escenario. No se dará por vencido de antemano. Y hasta que alcance su verdadera dimensión, cuenta con recursos a los que agarrarse. En Huelva derrochó compromiso, disciplina táctica y descaro. Los jugadores tienen carácter y orgullo, ganas de crecer, hambre de victorias. Nunca se esconden. Incluso los canteranos, lejos de acusar su inexperiencia en el fútbol profesional, respondieron por encima de las expectativas generadas. Hay argumentos para creer.