El grupo de empresarios aragoneses -y un inglés- que han promovido la compra a Agapito Iglesias se enfrentan de inmediato a la necesidad de poner las bases de lo que ha de ser el nuevo Real Zaragoza. Como primer paso, precisan una indispensable liquidez para permitir andar a una entidad que arrastra una deuda superior a los 113 millones de euros.

Los impulsores de la compra tienen un principio de acuerdo con un fondo de capital árabe con el que negocian la entrada en el Real Zaragoza. Esta negociación se convierte en el segundo paso de la operación de desembarco del grupo de empresarios, sin el cual no se hubiera llevado a cabo el desembarco.

El avance de la compra ha puesto de relieve que el empresario Javier Lasheras es la pieza clave de este conglomerado de empresarios por el que hasta ahora ha dado la cara Mariano Casasnovas. Promotor inmobiliario y persona también dedicada a la exportación, Lasheras es la pieza clave que ha de resolver las inmediatas cuestiones, además de la financiera, que afronta el club.

La confección de un nuevo equipo directivo, incluido el cambio de Fernando Molinos como presidente, y un nuevo Consejo es también tarea fundamental. Los nuevos dueños han de afrontar un cambio profundo en todas las estructuras del club. En la actualidad, el Consejo de Administración está formado por Fernando Molinos, Agapito Iglesias, Luis Carlos Cuartero, Paco Checa y José Guerra. En principio, sería remodelado por completo. La pieza clave, sin duda ?en contra de lo que ha ocurrido en tiempos de Agapito Iglesias- debe ser la figura del presidente.

También deberían cambiar la Dirección General, la Dirección Deportiva y la de Comunicación. Jesús García Pitarch fue un hombre impuesto por la Liga de Fútbol Profesional, un organismo que, de nuevo, sobrevuela sobre la operación de compraventa. El empeño de Javier Tebas ha sido incorporar a Mateu Alemany en la nueva época zaragocista, aunque habrá que ver cuál es la capacidad de maniobra de los nuevos dueños.

Es lógico pensar que se ha acabado también el tiempo de Moisés García León y Jordi Bruixola.

La nueva estructura deportiva e institucional es la base sobre la que ha construirse el equipo de fútbol cuya obligación inmediata, tras el fiasco de esta campaña, es el regreso a Primera División.

Subir se antoja como una obligación, como una cuestión imprescindible para garantizar unos ingresos que garanticen la estabilidad financiera del Real Zaragoza.

Son las exigencias inmediatas que deben afrontar los nuevos propietarios de la entidad blanquilla.