Victoria esencial

La victoria del Real Zaragoza aleja los fantasmas y permite centrarse en el futuro del club.

Roger y Henríquez celebran un gol
"Roger y Henríquez pueden jugar juntos en punta"
J. M. Marco

Hablar de fútbol a estas alturas resulta irónico, casi esperpéntico. Lo dijo Víctor Muñoz cuando llegó a hacerse cargo del Real Zaragoza: lo que importa es ganar, más allá del juego. Y el zaragocismo lo ha vivido jornada a jornada. No hubo juego ante el Éibar, y tampoco ante el Jaén, cuando ese gol de rebote en propia puerta selló un triunfo fundamental para el Real Zaragoza.


El equipo aragonés tampoco ha jugado a nada en Córdoba, pero se ha llevado una victoria clave para la formación de La Romareda. El gol de Roger en el último segundo -no hubo más partido después de que el balón besara las redes- brinda oxígeno a un equipo muy seriamente amenazado por el descenso. Hoy, el cuadro aragonés vive con mucha más claridad un futuro deportivo decisivo para la esencia misma del futuro de la entidad.


Ha esquivado el Real Zaragoza una dinámica comprometidísima. Las conjeturas sobre el futuro de la entidad; la descomposición interna del grupo directivo; el desconcierto en la plantilla… pasan factura a una escuadra incapaz de manejarse con solvencia en los avatares de una complicada realidad deportiva, ante el acecho cierto de un nuevo descenso… a Segunda B.


Solventó el cuadro blanquillo la situación y el triunfo, logrado como en la primera vuelta, en el último suspiro -entonces José Mari brindó la victoria- permite afrontar con mayor tranquilidad el desenlace de la Liga y el comprometido futuro de una entidad azotada por los cuatro costados.


No completó el Real Zaragoza un gran partido. Jugó como casi siempre, brindando un gol de inicio favorecido por las obsesiones del técnico de no blindar el centro de la defensa -Álvaro y Arzo eran la única garantía del equipo cuando llegó el técnico y se ha empeñado en desparejarlos- y con una aparición tardía en el encuentro.


Aun así, se sobrepuso: Víctor Rodríguez, con alma de titular, mutó a un equipo que también sacó provecho de la lesión de Barkero en la primera parte. El Real Zaragoza tiró de convicción y sacó partido de las dudas del Córdoba para lograr -gracias a los goles de Cidoncha y Roger- una victoria que serena el ánimo dañado de un zaragocismo expectante, que suspira por una mutación completa en la entidad. Que se allana, sin duda, con el listón básico de la permanencia. Por eso, y aunque apene,la de este domingo era una victoria esencial.


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