¿Y ahora qué...?

El futuro del Real Zaragoza se envuelve de sombras. ¿Hacia dónde lo conducen sus dirigentes?

García Pitarch, con Moisés y José Ignacio Soler
Moisés y Soler toman las direcciones deportiva y de cantera
OLIVER DUCH

El director general del Real Zaragoza, Jesús García Pitarch, tiene previsto reunirse este lunes con Paco Herrera para analizar la situación del equipo y, con toda probabilidad, anunciarle su destitución al frente del primer equipo. Siempre que Agapito Iglesias brinde su visto bueno... La directiva cumple así con una vieja aspiración, con la que ha flirteado desde hace meses. Finalmente ha sido el fútbol -la trayectoria del equipo y los males resultados- la que resuelve la destitución de Paco Herrera. Porque el Real Zaragoza no puede seguir así y la situación se vuelve insoportable.


En realidad, Paco Herrera ha hecho mucho más de lo que se le podía pedir. El empeño de los rectores por revolver el vestuario, por distraer la atención deportiva, por apartar de la atención general cada encuentro… ha cumplido con éxito su objetivo.


Trabajar así era imposible. Bastante ha hecho el técnico barcelonés, envuelto también en obstinados empeños, como la permanente alineación de Luis García.


Si García Pitarch no se saca de la manga un as –que todo puede ser-, Emilio Larraz, entrenador del filial, será el encargado de dirigir a un equipo desmoralizado, timorato, de moral enclenque y de recursos limitados.


La derrota ha colocado al Real Zaragoza al borde del abismo. Demasiado cerca de una Segunda División B que se ha aparecido de forma brutal por la tremenda igualdad de la categoría y la irregularidad del cuadro blanquillo. Y el temor, el vértigo de semejante abismo no es el mejor compañero de un equipo desnortado.


García Pitarch no ha sabido calibrar su estrategia, su tarea de descentrar al vestuario. Y puede haber ido demasiado lejos. Resuena el eco estrepitoso de su propuesta de compra de un club que estaba en venta hace dos años -¿por qué no ha seguido el camino recto, a través de los despachos de abogados previstos?- y el empeño por cuadrar a golpes una economía miserable -como todo el mundo ya sabía- que puede pasar gravísima factura a la entidad.


Sin norte deportivo, acogotado en lo económico, deshecho en lo institucional… La permanente huida hacia adelante de Agapito Iglesias con cualquiera de sus colaboradores ha colocado a la entidad en una complicadísima encrucijada, en un camino minado que llena de sombras el mismo proyecto del Real Zaragoza.


¿Cuál es –y cuál va a ser- el objetivo del Real Zaragoza? ¿Qué se le puede pedir a Emilio Larraz? ¿Le dejarán trabajar en paz? La supervivencia, el sentido del Real Zaragoza está en Primera División. El acecho real del peligro de la Segunda B lleva a pensar en darle continuidad al Real Zaragoza en Segunda. Sin embargo, esa alternativa -que cada vez adquiere mayor dimensión- degrada y empobrece a la entidad; y facilita el desembarco de posibles compradores que acaben por dilapidar -si cabe- el ya de por sí azotado prestigio del club.


¿Hacia dónde guían al Real Zaragoza?