Opinión

Otra vez, la vida a un partido

El conjunto aragonés se enfrenta al Deportivo en Riazor en ese clásico partido de cada campaña en la que la permanencia parece en juego. Más tarde llegarán el Celta y el Mallorca.

El jugador del R.Zaragoza Apoño, en el partido con el Real Madrid
Real Zaragoza - Real Madrid_6
AGENCIAS

Llega el clásico partido por la vida, en el que el Real Zaragoza se juega prácticamente a un partido la permanencia en Primera División, con el permiso de sus citas con el Celta y el Mallorca. Toca esta vez en Riazor, ante un Deportivo que hace dos semanas estaba noqueado y que hoy sobrevive gracias a dos triunfos consecutivos ante rivales directos, precisamente célticos y baleares, a los que, de paso, ha dejado tocados.


El Real Zaragoza quiere ser la tercera muesca en el cinturón deportivista. Pero ha de ser el definitivo arranque del conjunto aragonés que, además, se enfrenta a continuación –después del Barcelona- al Celta y al Mallorca, las otras escuadras que pelean por evitar el descenso.


Manolo Jiménez ha vuelto a elegir el ritual de la clausura. Ha encerrado a los suyos para preparar un partido que debe cambiar el signo de la escuadra esta temporada. Porque en Riazor se van a conjugar todos los elementos que confluyen en un partido por la supervivencia: dos rivales directos, con el mismo objetivo, con la ambición de dejar malparado al contrincante y con el respaldo de la autoridad, del prestigio que garantiza esta victoria.


Un triunfo zaragocista supondría frenar la euforia del colista –que se mira en el espejo del Real Zaragoza del año pasado-, dar un salto de calidad e implicar aún más al Granada e, incluso, a otras escuadras. Reforzado por el gran partido ante el Real Madrid, el cuadro blanquillo debe acabar con la larguísima sequía de triunfos y dar un salto de calidad en el momento más delicado. Es la hora. Llega el partido por la vida, el de cada temporada.