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El camino al Mundial de Catar se abre sin saber aún qué ocurre con la Eurocopa

Salvo alguna excepción, sobre todo en regiones de la antigua URSS, los partidos de esta extraña ventana de selecciones se jugarán a puerta cerrada.

Madrid, 22 mar. (COLPISA, I.Tylko/E. Barranguet).
Entrenamiento de la selección española de fútbol en Las Rozas
Entrenamiento de la selección española de fútbol en Las Rozas
Rodrigo Jiménez

¿Qué partidos juega España en esta ventana? ¿Del Mundial de Catar 2022? ¿Y qué ocurre al final con la Eurocopa? ¿Se va a disputar este verano? ¿Cómo y dónde? Entonces, ¿la fase final de la Liga de Naciones cuándo se celebraba? No se trata de un sudoku futbolero, ni del guion de un monólogo al uso, ni nada por el estilo. Estas y otras muchas preguntas que evidencian el embrollo existente con el calendario se hacen buena parte de los aficionados. Saben que la Liga se detiene justo en su momento cumbre y cede el paso a unos compromisos de La Roja de medio pelo, pero no saben a ciencia cierta a qué competición pertenecen.

Por extraño que parezca, comienza esta semana el camino hacia el Mundial de Catar, cuya fase final se jugará entre el 21 de noviembre al 18 de diciembre de 2022, en plena incertidumbre sobre qué sucede con ese Europeo que se retrasó un año por el coronavirus y que aún alberga muchas dudas. La UEFA no quiere un campeonato sin público en las gradas, presiona y parece decidida a retirar la organización a algunas de las doce ciudades-sede repartidas por el viejo continente si, como ocurre a día de hoy con Bilbao, por ejemplo, no están en condiciones de contar con espectadores en sus respectivos estadios.

Recientemente, el presidente de este organismo, el esloveno Aleksander Ceferin, insistió que el certamen «no se disputará con las gradas vacías», y dejó claro que «todos los anfitriones deberán garantizar la presencia de aficionados». La UEFA ha dado de plazo hasta el 7 de abril a cada ciudad para presentar su plan y espera tomar la decisión definitiva como muy tarde en su Comité Ejecutivo del 19 de ese mismo mes. Esta Eurocopa de los doce países organizadores, ideada por el expresidente Michel Platini para conmemorar los 60 años del torneo, ya tenía importantes complicaciones logísticas antes de la pandemia, pero desde la aparición de la covid-19 todo son interrogantes.

Preocupa incluso su viabilidad y se barajan varios 'planes B'. El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo a principios de marzo que Londres, que tiene programados siete partidos, entre ellos las semifinales y la final, disfruta de infraestructuras y de un alto número de estadios con capacidad para albergar todo el torneo. ¿Y la cepa británica?. Israel también se ofreció para acoger algunos partidos de la Eurocopa, haciendo valer su elevado ritmo de vacunación. La Rusia de Putin es otra alternativa porque ya organizó el último Mundial, dispone de los medios necesarios y presume de la vacuna 'Sputnik'.

Con alguna excepción, principalmente en regiones de la antigua Unión Soviética, la clasificación para el Mundial de Catar se abre con las gradas vacías. Los partidos sin público se extenderán por toda Europa, incluso en las doce ciudades que deberían acoger la Eurocopa a partir del 11 de junio. Es el caso de España, que jugará sus próximos partidos de casa ante Grecia y Kosovo, sin presencia de aficionados, en el Nuevo Los Cármenes y en La Cartuja de Sevilla, respectivamente. Para el duelo del domingo que viene en Tiflis, Georgia puso a la venta el 30% de las entradas. El mismo método han seguido Armenia y Bielorrusia.

Hungría sigue jugando a puerta cerrada y recibiendo partidos de otras selecciones. No es una gran noticia pensando en la sede de Budapest. Puerta cerrada también en Azerbaiyán, por lo que Bakú no tendrá un ensayo general para la Eurocopa. Otra mala señal de cara a mantenerse como sede. Bucarest tiene prevista una capacidad del 25% de espectadores para sus cuatro partidos de la Eurocopa, pero sus aficionados están disgustados porque Rumanía recibirá a Macedonia y Alemania a puerta cerrada en la clasificación para el Mundial.

El Parken de Copenhague está señalado para cuatro partidos de la Eurocopa. En este sentido, la Federación Danesa (DBU) abrió el miércoles una campaña para «relanzar el fútbol» e hizo un llamamiento para el regreso de los aficionados a las gradas en competiciones nacionales. A la espera, el Dinamarca-Moldavia se jugará a puerta cerrada el domingo. Un poco más al norte, las condiciones de entrada en Noruega son muy estrictas, con una cuarentena obligatoria, lo que ha provocado la anulación de múltiples eventos deportivos. El partido contra Turquía, previsto el 27 de marzo en Oslo, se jugará finalmente en La Rosaleda de Málaga sin público. Noruega, liderada por el fenómeno Erling Haaland, jugará tres días antes contra Gibraltar en Marbella.

En Inglaterra y en Gales, el plan del gobierno para el levantamiento progresivo de las medidas anti-covid prevé un regreso de los espectadores a los estadios, a mediados de mayo, con una capacidad máxima de 10.000 personas o una cuarta parte del recinto. De momento, todo cerrado.

La nación donde la decisión de recibir público ha provocado un gran debate es Ucrania: Sus partidos tenían que jugarse en Lviv, pero fueron trasladados a Kiev debido a «la agravación de la situación epidémica» en esta ciudad. No fue del gusto del alcalde Kiev, el antiguo boxeador Vitali Klitschko, que ha establecido una ordenanza municipal prohibiendo el público en los estadios de la capital, a pesar de que a nivel nacional, el 30% de las localidades se pueden vender.

Entre las excepciones, el partido Rusia-Eslovenia se jugará ante un máximo de 12.000 personas en Sochi, el 30% del estadio. La capacidad establecida en los estadios rusos depende de las autoridades regionales: El primer club en regresar al cien por cien fue el Oufa, para su partido contra el Lokomotiv, el 18 de marzo. Solo 5.200 personas vieron la victoria por la mínima de los moscovitas. En Asia Central, hasta 10.000 espectadores podrán asistir al Tayikistán-Mongolia del 25 de marzo, el 50% de la capacidad del estadio. El país afirma que ha erradicado el virus y no registra un caso desde enero. En Uzbekistán los partidos del campeonato se juegan como si nada hubiera pasado, en estadios llenos. La única excepción total de un fútbol que sigue confinado.

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