CHAMPIONS

El sorteo de los reencuentros

Madrid y Barça repiten ante Olympique de Lyon y Arsenal, y Raúl vuelve a España para enfrentarse al Valencia en los octavos.

El sorteo de los reencuentros
El sorteo de los reencuentros

El sorteo de los reencuentros despejó este viernes el camino de Real Madrid, Barcelona y Valencia hacia los cuartos de final de la Liga de Campeones. Aunque los octavos no arrancarán hasta dentro de dos meses y habrá que esperar a comprobar en qué momento anímico y de forma llegan los implicados, los tres representantes españoles no pueden tener ninguna queja con los emparejamientos, porque se libraron de enemigos más poderosos y son bastante superiores a sus rivales. El fútbol español está por tanto en condiciones de firmar el pleno en la primera ronda decisiva de la 'Champions', cuando comienza la verdadera Copa de Europa de eliminatorias a ida y vuelta. Lo contrario sería más que decepcionante: un fiasco para dos de los máximos favoritos a conquistar el título, agradecidos al haberles tocado en suerte el Olympique de Lyon y el Arsenal.

Los blancos tendrán la oportunidad de vengarse de su bestia negra y último verdugo, el ex equipo de Benzema, y poner fin a sus seis fracasos consecutivos en octavos; los azulgrana repetirán contra el Arsenal de Cesc, al que ya eliminaron la pasada temporada en cuartos; y los valencianistas se medirán a otro enemigo reciente, el Schalke 04, en un cruce con morbo por el regreso de Raúl a España. La historia se repite, pero esta vez la sensación es muy diferente, porque el Madrid ya está escarmentado. También se reeditará la final de la Copa de Europa entre el Inter de Milán y el Bayern de Múnich, dos campeones en horas bajas, con teórica desventaja de campo para el defensor del título, ahora dirigido por Rafa Benítez, aunque sin la continuidad asegurada en el banquillo italiano.

El bombo no pudo ser más favorable para los intereses españoles. Es ocasión de revancha para un Madrid obligado a ganar ya títulos y que con José Mourinho vive obsesionado con la 'décima'; de reafirmarse para el Barça en un cruce de fútbol de altura, entre dos equipos aliados con el balón; y de recuperar el prestigio perdido para un Valencia que evitó a Chelsea y Bayern y también dispone ahora de la ocasión de resarcirse de anteriores eliminaciones frente a otro conocido. En el grupo de cabezas de serie, Madrid y Barça eran los más temidos del sorteo, los verdaderos 'cocos', y ahora tienen vía libre para convertirse en cuartofinalistas. A los blancos, que siempre han perdido en Lyon y rezan para que en febrero -el día 22- y marzo -el día 16- estén todos sanos, se les atraganta el físico del equipo francés y no les beneficia el estilo de los galos, pero el 'factor Mourinho', las ansias de demostrar al mundo que vuelven a ser grandes, la experiencia y el insaciable Cristiano debe serviles.

A los azulgrana, en cambio, les favorece el juego de toque y valiente del Arsenal, al que en la pasada 'Champions' sentenciaron con un 2-2 en Londres y un 4-1 en el Camp Nou. No el 'catenaccio' que aplicó el Inter de 'Mou' en la vuelta de las últimas semifinales en el Camp Nou. También al Valencia se le abren las puertas frente al Schalke, con el que coincidieron en la fase de grupos hace tres años, aunque entonces los alemanes no tenían a Raúl, a Jurado, a Huntelaar ni Metzelder, y los 'che' afrontan con cierto recelo este enfrentamiento revitalizado con la vuelta del ex madridista a Mestalla (el 15 de febrero). "Volver a jugar en España siempre es un placer y un aliciente y hacerlo contra un rival fuerte y en un estadio con gran ambiente es un estímulo extra para cualquier futbolista", apunta Raúl, que augura una eliminatoria "muy igualada". El ex capitán blanco lleva dos goles en este torneo, uno menos que Huntelaar. Ellos forman la pareja de ataque de un Schalke en el que Jurado pone la clase en la media punta.

Fútbol y contundencia

Más desequilibrado, y a priori espectacular, se presenta el doble duelo entre el Barça y el Arsenal, un equipo que, como reconoce Pep Guardiola, "no acaba de ganar los títulos, aunque juega muy bien al fútbol y obliga a esforzarse mucho a nivel colectivo". "Somos muy parecidos. El Arsenal es un equipo que a través de la pelota ataca y defiende y ya el año pasado fue una eliminatoria fantástica", recuerda el técnico azulgrana, aunque en la vuelta de los últimos cuartos no pudo jugar Cesc, al encontrarse sancionado, aparte de lesionado. Objeto de deseo pero frustrado fichaje del Barça en el verano, al hijo pródigo se le espera el 8 de marzo en el Camp Nou. Cesc es el faro del Arsenal desde la media punta, pero el conjunto inglés cuenta también con dos estiletes en la bandas (Nasri y Arshavin) y ha encontrado a un delantero que es referencia que lleva tres goles, los mismos que el catalán: Chamakh. En todo caso, si se trata de un combate de fútbol, el Barça no tiene ahora mismo rival. "Si se jugase hoy la eliminatoria, el Arsenal estaría eliminado", reconoce Cesc.

Tampoco se entendería otro batacazo del Madrid en octavos ante el mismo equipo, por mucho que el Olympique de Lyon haya superado siempre a los blancos, inspire respeto al contraataque y disponga de dos poderosas armas en su línea ofensiva de tres: Bastos (máximo goleador europeo con tres tantos) y Lisandro. También de un jugador que impone en la banda derecha del medio campo y a balón parado (Gourcuff), aunque hombre por hombre y línea por línea los de Mourinho dan un repaso a los franceses. La pasada temporada el Madrid pagó, sobre todo, su derrota de la ida en Gerland (1-0), aparte de su ausencia de eficacia en la primera parte en el Bernabéu y el desastre tras el descanso (1-1). De nuevo, la vuelta será en campo blanco, donde debe imponerse este Madrid tan contundente, aunque dependa tanto de Cristiano. "Esperemos llegar con todos los jugadores recuperados", desea el director deportivo del Madrid, Miguel Pardeza, quien destaca que el equipo "ha dado un paso adelante" y valora también el conocimiento del Lyon. A Mourinho, fichado para competir con el Barça y ganar la 'décima', y golpeado por la 'manita' del Camp Nou, no se le perdonaría caer en octavos.