TENIS

El gran maestro

Federer se impuso a Nadal por 6-3, 3-6 y 6-1 y se llevó por quinta vez la Copa Masters.

Roger Federer levanta el trofeo que le acredita como campeón de la Copa Masters.
El gran maestro
EFE

El suizo Roger Federer hizo ayer historia al lograr el Masters por quinta vez e igualar así el récord que hasta ahora mantenían el checo Ivan Lendl y el estadounidense Pete Sampras. Además, impidió. de paso, que Rafael Nadal cerrase con broche de oro una temporada de ensueño. El suizo, número dos del mundo, sentenció al español en su 22 enfrentamiento por 6-3, 3-6 y 6-1, en una hora y 37 minutos en la Central del O2 de Londres. Federer ya había vencido en este torneo en los años 2003, 2004, 2006 y 2007. Aunque el triunfo de ayer supuso el título 66 del tenista en el circuito y el quinto en esta temporada, después de conseguir el Abierto de Australia, Cincinnati, Estocolmo y Basilea.

Recibidos como a dos auténticos héroes de otra galaxia, a los que se les descubrió de entre una neblina blanca y bajo la luz azul eléctrica que enaltece la Pista Central del O2, Nadal y Federer dieron paso a su décimo octavo enfrentamiento en una final. Desde que se pusieron cara a cara la primera vez, en 2004, no ha pasado ni un solo año sin que estas dos raquetas se hayan medido al menos en dos ocasiones. La anterior fue en mayo pasado, en el Masters 1.000 de Madrid, donde la victoria recayó del lado de Nadal.

Las estadísticas (14 triunfos para Federer y 7 para Nadal) se inclinaban hacia el suizo, pese a que en ésta temporada sólo había conseguido derrotar al español en una de sus siete últimas citas. Pero 'Torito Nadal', como le han apodado algunas pancartas durante toda la semana, llegó demasiado cansado al partido final. La carga adicional después de las tres horas y once minutos de su semifinal del sábado ante el escocés Andy Murray complicó al máximo el escenario de la final.

La afición apoyó a Nadal

A pesar de todo, las gradas se mostraban completamente rendidas al número uno del mundo. En ellas se podía ver a celebridades como al ex futbolista argentino Diego Armando Maradona, el ex barcelonista Thierry Henry, el actor Kevin Spacey y el bajista de los Rolling Stones Ron Wood. Ánimos del tipo "Rafa, tú puedes", "vamos, Rafita" o incluso "vamos, chiquitín", en un tono más cercano y cariñoso hacía su ídolo, o más irónico, como "come on Mr. Nadal" acompañaron desde el principio a la raqueta de Manacor.

El buen tenis llegó pasado el primer cuarto de hora, después de que Federer, en un arranque bestial, no diera tregua a Nadal. El español logró nivelar luego los intercambios, hacerlos cada vez más largos y provocando que los espectadores vibraran con cada uno de los puntos.

A partir de ese momento, no hubo marcha atrás. La lucha sin cuartel se apoderó de la Central del O2 para hacer olvidar los buenos momentos que estos dos jugadores comparten fuera de las canchas. El helvético fue el más atrevido durante ese set. Subió a la red más a menudo que Nadal, quien se mostraba claramente cansado y que trataba de activarse los muslos entre punto y punto para buscar la punta de velocidad que le faltaba.

En el octavo juego quedó reflejada esa situación. Nadal servía, cometió una doble falta y regaló después el juego a su adversario, después de haber dispuesto de un 40-15. A pesar del trepidante ritmo del primer set, el ganador de tres títulos del Grand Slam este año pareció sacar fuerzas de flaqueza y se mostró algo más agresivo después. Y así, en el cuarto juego, Rafa rompió el servicio del suizo por primera vez. Federer parecía dudar entonces y el español obligó a su rival a disputar el tercer set. Sin demasiada movilidad, Nadal no pudo hacer frente a Federer, que desde la rotura lograda en el cuarto juego (3-1), ya no tuvo más rival.

A pesar de todo, si algo demostró este domingo Nadal es que no le hacía falta lograr su primer trofeo en un Masters para cerrar una temporada histórica.