REAL ZARAGOZA

El esqueleto del cambio

Claves y efectos del nuevo sistema 5-3-2 de José Aurelio Gay en la reacción del club de fútbol de la capital aragonesa.

El laboratorio de Gay ha producido la fórmula de la reacción del Real Zaragoza cuando el tiempo expiraba y los obstáculos crecían en dimensión y dificultad. Lo ha conseguido con su última bala y recurriendo al redibujo, inspirando un revolución táctica numéricamente ordenada en el esquema 5-3-2. A falta de victorias, los estímulos del equipo con el nuevo sistema son la mejor noticia. El cambio ha resultado esencial en la reacción de juego y competitividad expresada por el Real Zaragoza en los partidos contra Barcelona, Betis y Valencia. Gay conservará su apuesta frente al Mallorca a la vista de los efectos del nuevo sistema. Puede que el 5-3-2, una fórmula que tuvo su apogeo en Alemania e Italia en los años 90, suene a melodía rancia en La Romareda, poco habituada a equipos de severa etiqueta defensiva a lo largo de la historia del club. Pero el nuevo esqueleto cuenta con un soporte de éxitos en otras plazas. El Deportivo de Lotina se salvó con cinco defensas hace tres años, el Deportivo de Arsenio rozó una Liga con aquella línea formada por López Rekarte, Voro, el líbero Djukic, Ribera y Nando. Otros como Irureta o Luis Aragonés tejieron algunos de sus equipos con ese mismo patrón. Incluso Vicente del Bosque le dio la octava Copa de Europa al Real Madrid con Helguera de libre, Iván Campo y Karanka de marcadores, y Salgado y Roberto Carlos de kilométricos laterales. Y fuera, el Bayern de Múnich usó el 5-3-2 con gran éxito, y selecciones, como la Alemania del 90 y el Brasil de 2002 -con Edmilson en la zaga-, ganaron Mundiales con cinco atrás.Mediante el 5-3-2, el Real Zaragoza se ha corregido en varios niveles. Ha ganado cuerpo colectivo, un puñado de individualidades le ha encontrado el punto a su fútbol, se ha multiplicado la seguridad defensiva y, quizá, lo más relevante, el equipo conoce su guión sin borrones. Por fin, existe un claro plan de juego, algo así como un estilo definido que se basa en la máxima protección, el repliegue y el golpeo directo, un ataque relampagueante y vertical. El Zaragoza sabe bien a lo que juega.

1 LA PRIORIDAD: EL SISTEMA DE SEGURIDAD. Coser las costuras del equipo. Este es el fin primordial que ha buscado Gay en el nuevo sistema. El Zaragoza ha ganado seguridad. Funciona como un equipo pertrechado, devorador de espacios. Los rivales se han atragantado con la gran circulación de hombres que ha introducido Gay en el centro del campo y por detrás de la pelota. Ha construido un embudo. El nivel de peligro sufrido se ha rebajado sustancialmente en los últimos tres partidos. El Barça se atragantó durante más de 40 minutos en la tela de araña hilada por Gay. El Betis se quedó a cero. Y el Valencia se fue de vacío en goles y casi en ocasiones: su tanto se lo marcó el Zaragoza en un desliz personal de Lanzaro. Con cinco hombres cerrando atrás, un futbolista como factor corrector por delante de ellos (Pinter-Ponzio), un solidario sistema de ayudas, equilibrio, y una presión adelantada, el Zaragoza se ha envuelto en una coraza.

2 MÁS DEFENSAS, MEJORES DEFENSAS. La acumulación de futbolistas en defensa ha tenido como efecto principal el crecimiento de esos mismos futbolistas. Jarosik, con sangre de centrocampista por las venas, ha encontrado comodidad como líbero, posición panorámica que le permite esconder su lentitud a campo abierto con su formidable sentido de la anticipación y el juego aéreo. También los marcadores han progresado, aunque el mejor Contini sigue desaparecido. Él y Lanzaro conocen bien las defensas de cinco, comunes en equipos medios italianos de los últimos años. Ambos fueron entrenados por Walter Mazarri, uno de los ideólogos del 5-3-2 que se practica en el Calcio. Lanzaro lo jugó con él en la Reggina, y Contini en el Nápoles. Su perfil de centrales estrictos, pegajosos al hombre y fiables en los espacios cortos, se ajusta bien al renovado dibujo. En el nuevo esquema, el matiz y la clave los ponen los carrileros. Diogo y Obradovic, laterales de vocación ofensiva, se han beneficiado del cambio. Ponzio se perfila como alternativa al serbio cuando el Zaragoza exija mayor contención, como en los partidos fuera de casa.

3 VOLANTES CON LIBERTAD. Frente al Valencia, Jorge López y Gabi interpretaron a la perfección el papel de volantes interiores. Ambos se intercambiaron posiciones en conjunción con Lafita, llenaron su zona de desmarques de apoyo y de ruptura, y sirvieron como puntos de evacuación del juego en los contragolpes del Zaragoza. Además, compensaron el equipo, y su desgaste en la presión y la recuperación fue clave.

4 LA DELANTERA INOPINADA. Con Sinama Pongolle lesionado y Marco Pérez en el parvulario del gol, el peso intimidatorio del equipo ha recaído en dos actores inesperados, Ángel Lafita y Braulio. El aragonés ha encontrado en el nuevo sistema su jardín predilecto, la posición de segundo delantero. En ese punto, inyecta tensión defensiva y sirve como catapulta en el juego rápido y vertical que propone ahora Gay en ataque. Su movilidad es otro aval, además de la complicidad firmada con Braulio. Al delantero canario le falta el gol, la pegada, pero garantiza dinamismo y esfuerzo. Ha ganado confianza y su simbiosis con Lafita es la única esperanza ofensiva con la que cuenta ahora el Real Zaragoza. El sacrificio defensivo de ambos también es vital en el nuevo dibujo.

5 FUGAS DEL SISTEMA: LA INTIMIDACIÓN, EL RITMO, EL PAPEL DE LOCAL Y LAS VÍCTIMAS. El Zaragoza ha crecido con el 5-3-2, pero sigue presentando carencias. La principal fisura del nuevo sistema es el escaso caudal ofensivo. La aglomeración de futbolistas por detrás de la pelota desaloja el ataque y el Zaragoza se resiente en intimidación. A priori, el equipo no gozará de excesivas oportunidades, cuestión que exige elevados niveles de acierto y eficacia, virtud que no aparece entre sus delanteros. El nuevo sistema requiere, además, altos niveles de ritmo, continuidad en la presión al rival. La respuesta física del equipo debe ser alta. También queda por medir cómo se manejará el Zaragoza con el 5-3-2 en casa y ante rivales de tamaño inferior al Barcelona, menos proclives a dominar la pelota, cuando esa responsabilidad sea propia. Y como en toda revolución, surgen víctimas, futbolistas de complejo acomodo en el nuevo esquema. Es el caso, especialmente, de Bertolo, pieza pura de banda. O Ander Herrera y Boutahar, enganches que deberán reconvertirse como volantes interiores o delanteros, posiciones menos idóneas para su naturaleza futbolística.