REAL ZARAGOZA

El desquite de Pavón

El central confía en subsanar su mal día ante el Sevilla en las próximas jornadas.

César Sánchez, en su simpática versión excéntrica y socarrona, cedió el testigo en la rueda de prensa a Paco Pavón con una cordial remembranza: "Aquí lo tenéis, al chico de los Zidanes y Pavones. No le pido un autógrafo porque ya lo tengo". La efusiva presentación echa por César, que de cada comparecencia monta una jarana, alivió a Pavón después de unos días centrado en la diana. Esbozó una sonrisa, le replicó a su colega en los campos de golf un "qué pesado eres" y abrió el tiempo de la autocrítica y de la enmienda.


La prolongada lesión de Sergio Fernández, con 3 ó 4 semanas mimando la rodilla, habilita un puesto en la muralla. A Pavón se le avecinan opciones para subsanar el colapso de Sevilla y resarcirse con un desquite, con los minutos metiendo aire en la confianza y aceite en la cintura: "Para un central, la continuidad siempre es fundamental. En un futuro próximo puedo tenerla, en este sentido, puedo ser uno de los beneficiados. Si es así, intentaré aprovechar la ocasión. Lástima lo sucedido en Sevilla..."


Como analizó de modo disimulado y sugerido Jabo Irureta en el postpartido, la oleada de errores defensivos frente al Sevilla se desencadenó cuando el madrileño reemplazó al lesionado Sergio Fernández. Pavón se llenó de grietas y la cadera se le atascó. Vivió un infierno recalentado con cada episodio de la goleada. "Para nadie es plato de buen gusto que le marquen cinco goles. Y más de la forma en que se produjeron. Hay que aprender. Fueron cinco y pudieron ser más. No me siento satisfecho con la imagen que di y con la del equipo tampoco. Podemos ofrecer más", analizó el central.


Pavón admitió sus culpas. Sin embargo, no se sintió acribillado por las críticas de los últimos días. "Me sentí igual de señalado que todos. Fue un momento muy puntual donde se dieron esas circunstancias. Eso debe servir para mejorar. No hay que escurrir ningún bulto ni señalar a nadie. Aquí somos todos quienes vamos a mirar hacia adelante y cambiar esta situación" señaló.


La descoordinación que anuló la defensa fue alarmante. Ayudas, coberturas, orden... Nada de esto existió. El caos se impuso como estilo defensivo. "Pero no solo fallamos los cuatro de atrás, sino los once del equipo -argumentó Pavón-. En general, tampoco creamos ocasiones de ataque y eso también es culpa de los defensas. Eran balones muy comprometidos, arriba, directos a los delanteros, y no supimos manejar el juego. Defendimos mal. El partido es para cogerlo y ver lo que no se debe hacer en un partido de fútbol. Y como un ejemplo lo debemos tomar. A partir de ahí, hay que mejorar la seguridad en defensa", admitió.


La temporada del central del Zaragoza está repleta de crujidos. Ha estado presente en dos de los desastres más estruendosos del año (Camp Nou, 4-1 y Pizjuán, 5-0) y los problemas físicos también le han oscurecido. "¿Mala suerte? No hay que mirar el pasado. Es cierto que cuando mejor estaba sufrí la lesión. Pero ahora hay que estar bien en el futuro", deseó.


En teoría, Pavón es el candidato preferencial para taponar la baja de Sergio Fernández. Para el puesto en el eje defensivo, oposita también Javier Paredes, que incluso podría irrumpir en la derecha (donde jugó en el Oviedo algunos partidos) como reemplazo de Diogo. Ellos y Chus se juegan dos plazas. La ventaja en el puesto de central la sujeta Pavón, aunque la sombra de Sevilla y el juicio de Irureta puedan interponerse. "Eso está en manos del entrenador, que es quien hace los cambios", terminó Pavón.