CICLISMO

'Contadores' del futuro

Ciclistas de toda España luchan en la categoría élite y sub-23 por hacerse un hueco en profesionales. El CAI-Club Ciclista Aragonés, la única apuesta de la Comunidad.

Miguel Bergua, actual campeón de Aragón en categoría élite
'Contadores' del futuro
J. M. ALBALAD

No aparecen en la televisión ni llenan páginas de periódicos. Eso está reservado para unos pocos privilegiados. Sin embargo, su esfuerzo y dedicación es equiparable al de las grandes estrellas. La categoría élite y sub-23 del ciclismo de carretera español, antesala del profesionalismo, aglutina a corredores entregados por una misma causa: hacer de su pasión su profesión, un objetivo ambicioso de difícil cumplimiento.


Y es que formar parte de una escuadra potente con la que participar en una gran vuelta, como el Tour de Francia, el Giro de Italia o la Vuelta a España, es el último eslabón de la cadena. Antes toca enfrentarse a rivales de máximo nivel en carreras menores, que a pesar de su poca repercusión, en lo que a batalla se refiere, poco tienen que envidiar a las grandes citas del ciclismo mundial. Las velocidades medias, fruto de la lucha constante desde el banderazo de salida, hablan por si solas.


Testigo de ello es el CAI-Club Ciclista Aragonés, único equipo élite y sub-23 de la Comunidad, que lleva formando corredores desde 1985 y por el que han pasado todos los ciclistas aragoneses que han dado el salto al campo profesional. «El nivel es altísimo. Resulta muy complicado despuntar», asegura Luis Escribano, director deportivo de esta formación, quien destaca que «en muchos casos la dedicación es exclusiva». Así, lograr una oportunidad para cumplir el sueño se convierte en un puerto de difícil ascenso, cuyos desniveles pueden llegar a superar los del mismísimo Tourmalet.


Apuesta arriesgada


A pesar de ello, los hay que hacen su apuesta. Se agarran al espíritu luchador de este deporte para agotar todas sus opciones. Sin desfallecer. Y lo hacen de la mejor forma que saben: dando pedales. Los entrenamientos se suceden día tras día, con independencia de las condiciones meteorológicas. En carrera nadie regala nada, por lo que la máxima es prepararse para afrontarlas con garantía.


Alberto Just, zaragozano de 19 años que cumple su segunda temporada en el CAI, lo tiene claro: «La clave está en disfrutar. Pasar es difícil. Aunque debe ser el objetivo, el esfuerzo hay que verlo como parte de una afición». Por ello, estudiar o trabajar al mismo tiempo es una práctica cada vez más habitual, tal y como señala el técnico caísta: «Yo soy el primero que animo a compaginarlo. Cuesta pero merece la pena, pues hay que cubrirse las espaldas».


Just, actual subcampeón de Aragón sub-23, refleja las palabras de su entrenador. Estudiante de Derecho, se organiza como puede para llegar a todo. «El ciclismo exige muchas horas. Hay días de 150 kilómetros, de cinco horas sobre la bici, y luego toca estudiar», explica. Su caso no es el único, ya que parte de sus compañeros se encuentran en una situación similar, como Alberto Ara, quien acaba de concluir la carrera de Piloto cuando aún no ha cumplido los 22 años.


Son grandes desconocidos que luchan en la sombra por llegar a lo más alto: sueñan con la gloria. Para demostrar su potencial, lo que son capaces de dar sobre la bici, desgastan cubiertas diariamente por toda la geografía española. Miles de kilómetros acumulados -unos 15.000 por temporada- con la única garantía del disfrute y la satisfacción personal. La entrega es plena, la recompensa una incógnita. Es la grandeza del ciclismo.