PRIMERA DIVISIÓN

Con diez sobra para cumplir

El Real Madrid dio un paso de gigante en su lucha por conseguir el título de Liga. Ganó de una forma pobre a un indolente Murcia, que no hizo nada por ganar el partido y se limitó a dejar pasar los minutos. No obstante, al Madrid se le atragantó un partido que parecía muy sencillo ante el desahuciado club pimentonero. Javier Clemente aparcó su anunciado autobús al borde del área de Carini y se limitó a esperar las embestidas del toro blanco. Bernd Schuster aceptó el reto y apostó por dos jugadores rápidos como Robben y Robinho para destrozar el planteamiento del baracaldés cuanto antes. El alemán no quería sobresaltos ante un equipo que está más cerca de Segunda que de Primera. De hecho, podría confirmar su descenso en pocas semanas, de no empezar a ganar todos los encuentros.


El planteamiento inicial del entrenador alemán sufrió un desajuste con la expulsión de Miguel Torres. Quedarse con diez siempre es un contratiempo, por mucho que enfrente no tengas a un rival temible. El lateral se ganó la roja directa por una entrada al tobillo de Aquino y obligó al entrenador alemán a jugársela. En vez de sacar a un defensa para completar la línea de cuatro, apostó por tres defensas, aprovechando que el Murcia no es que atacara precisamente con mucha gente.


Gago sería el encargado de cubrir ese lateral cuando el Murcia atacase. El alemán tuvo suerte. El equipo de Clemente no se inmutó a pesar de tener enfrente a sólo diez futbolistas. Siguió con su autobús aparcadito, inmóvil ante la invitación de atacar, algo que en el fútbol se suele acabar pagando.


Ante esta situación, el Madrid cambió de plan. Al no tener tanta ventaja con las bandas, apostó por el tiro lejano y por los balones en profundidad de Guti. Quería romper los 'cristales' del autobús murciano a base de balonazos. Sin embargo, tampoco funcionaba. Y el Madrid se ofuscó, al igual que Iturralde González, que se tragó un penalti al rubio centrocampista blanco y otro de Pepe a Aquino. El colegiado vasco sigue conservando un afán de protagonismo importante.


Sneijder, al rescate



La cosas cambiaron cuando Clemente ordenó sustituir el autobús por un mini-bus. Soltó a sus jugadores para que le buscaran las cosquillas al Madrid, que aceptó de buen grado el envite. Los blancos encontraron más huecos y tiraron diagonales para acabar con la zaga pimentonera. Raúl abría todas las vías hacia la portería de Carini con sus desmarques, ya que arrastraba a Cuadrado en todos sus movimientos. Empero, los blancos no veían puerta, hasta que llegó Sneijder.


El holandés había estado apagado durante el encuentro, a pesar de que atesora gran clase en sus piernas. Se había limitado a acompañar a Guti en la dirección, a tirar de lejos y a acompañar en los ataques. En una de estas subidas, recogió un rechace y lo puso en la escuadra.


El tanto hizo que Schuster recuperara la línea de cuatro en defensa y que el Murcia se olvidara de sacar algo positivo del campo de La Castellana.


El Santiago Bernabéu rompió a aplaudir nada más acabar el partido porque sabía que con esta victoria, pírrica pero meritoria, el título se acercaba mucho.


No obstante, quedan algunas dudas por despejar: Robben no termina de convencer, la defensa está un poco floja y habrá que ver quién dirigirá al equipo en Santander porque Guti vio la quinta amarilla. A pesar de estos problemas, el Madrid sigue encarrilado hacia el título. Solo una debacle se lo impediría.