Central de roca

Da Silva se descubrió al planeta del fútbol en el Sudamericano sub-20 de 1999, un torneo que se retiene en la memoria por su generosa concentración de talentos confirmada por el tiempo: Ronaldinho, Aimar, Cambiasso, Galletti (máximo goleador), Matuzalem, Forlán, Chevantón y, en Paraguay, Roque Santa Cruz y Paulo Da Silva, que fue nombrado mejor central del torneo, lo que sedujo al Perugia lo suficiente como para llevárselo a Italia. Comenzaba allí la carrera de un defensa contundente, aguerrido y poderoso en la marca. Una lapa. Joven, no se hizo a Italia y pasó a Lanús. Luego volvió al Calcio, a Venecia y Cosenza, jugó en Libertad de Paraguay y saltó a Toluca, donde fue nombrado mejor jugador de 2008 en México y dos veces mejor defensa, y seleccionado en 2007 en el once ideal de la Conmebol.

Experimentado, con buenos conceptos defensivos absorbidos durante su etapa italiana, fue reclutado por el Sunderland. Allí no cuajó, pese a jugar con más o menos continuidad en su primera temporada, antes del Mundial de Sudáfrica. Con Paraguay (76 veces internacional), fue el pilar maestro de su sistema defensivo, uno de los más asfixiantes e impenetrables que pudieron verse en la cita. Los sudores de España pueden dar fe del buen papel de Da Silva.

Ahora aterriza en el Zaragoza. Avalado por su experiencia como marcador, su carácter y por su solvencia en el juego aéreo en las dos áreas, falta por ver dónde lo pondrá Aguirre, si en el sitio de Jarosik o en el de Contini.

Con el italiano, cada vez más próximo a su nivel, formaría una defensa metálica y de largas cuchillas, aunque sin la salida de pelota que sí ofrece Jarosik. Javier Aguirre ponderará si lo anuda a Contini y pierde limpieza en la construcción del juego o lo asocia con el checo, pasando, incluso, Contini al lateral izquierdo. La otra vía es el lateral derecho, donde acumuló minutos en la Premier League.