REAL ZARAGOZA

Cambio de tendencia

Después de tres meses de constante cuesta abajo y de vivir siempre cerca de la cola de la clasificación, el Zaragoza ha logrado respirar. En los tres partidos de la segunda vuelta, ha sumado 7 de los 9 puntos disputados y, como en octubre, está más cerca de la UEFA.

Los números, como el algodón, no engañan. Son siempre la más clara e inequívoca muestra de una tendencia y suponen un inestimable punto de referencia respecto del rendimiento de cualquier valor. Y el Real Zaragoza, desde que ha comenzado la segunda vuelta del campeonato, coincidiendo con la traumática decisión de sus dirigentes de destituir a Víctor Fernández, ha variado su inclinación de manera palmaria.


Siete de nueve. Ese es el registro de rentabilidad en forma de puntos que presenta el balance zaragocista en los tres primeros partidos de la segunda parte de la Liga. Victorias en La Romareda ante el Murcia y el Athletic de Bilbao y empate en Santander frente al Racing. Siete puntos donde, en el inicio del campeonato -allá por agosto y septiembre- solo se sumaron dos ante estos rivales.


En una lucha tan igualada como la que se está dando este año en la amplísima banda ancha de la clasificación (desde el 7º puesto hasta el 19º hace tres meses que todo es un pañuelo), conseguir 7 puntos en 20 días genera una burbuja de oxígeno de considerables dimensiones para quien lo logra. Y el Real Zaragoza lo acaba de firmar tras consumar ayer el triunfo ante los vizcaínos en el estreno de Javier Irureta en el estadio municipal como tercer entrenador del curso. Se repitió la historia de hace dos semanas, cuando en el debut -y despedida- del segundo técnico de la anualidad, Ander Garitano, se pudo cortar una histórica racha negativa que abarcaba ya nueve jornadas seguidas sin catar una victoria.


La conclusión evidente que emana de los polémicos acontecimientos sucedidos en las últimas tres semanas alrededor del banquillo y los despachos nobles es que, por encima de todo, la salida de Víctor Fernández ha resultado básica para promover nuevos impulsos positivos dentro del equipo. Las nuevas caras (aunque la de Garitano fuera fugaz y controvertida por su final) han traído bajo el brazo los necesarios resortes morales y materiales que han permitido el providencial cambio de rumbo de una nave que iba camino de hundirse en el fondo de la clasificación.


En apenas 20 días, el fiel de la balanza donde se aposenta el equipo blanquillo ha variado de manera notable su indicativo. Tras empatar a dos goles frente al Mallorca el día en que concluía la primera vuelta -y que significó el despido de Víctor-, el Zaragoza estaba a solo 2 puntos del descenso y la UEFA distaba a 9 (llegó a estar a 10 puntos una semana antes). Fue la peor ubicación clasificatoria del cuadro aragonés en el final del oscuro túnel en el que se metió tras ganar 0-1 en Almería el 31 de octubre del año pasado.


Ahora, tras este golpe de timón que han generado los tres partidos dirigidos por Garitano e Irureta desde el 20 de enero, el descenso se ha alejado de manera sensible hasta los 6 puntos mientras que las plazas continentales quedan a 5 de distancia. La igualdad en la Liga continúa siendo tremenda en más de la mitad de los equipos que componen la Primera División, pero ahora el Real Zaragoza respira con menos agobios.


Se podrá decir que, con la enorme calidad que atesoran muchos de los jugadores blanquillos, simplemente se ha cumplido con la obligación de doblegar a rivales menores (así lo son ahora Murcia y Athletic). Pero hay que darle el verdadero mérito que tiene a esta reacción, ya que el hundimiento en la tabla se produjo precisamente al no saber superar a equipos que, cuando jugaron contra el Zaragoza de Víctor, estaban en la cola o su antesala: Valladolid, Betis, Recreativo, Getafe o Dépor. Ahora, al menos, el equipo está sabiendo plasmar en los marcadores los galones que se le presuponen al inicio de este tipo de duelos en los que es claramente favorito.


Antes de que el calendario vuelva a complicarse (en un mes se jugará contra el Barcelona, Sevilla, Atlético de Madrid y Villarreal, con el viaje al campo del desinhibido y renacido Levante de por medio), el nuevo Real Zaragoza aún tiene otra oportunidad para seguir mejorando su tendencia alcista. Pamplona, el domingo que viene, es otro lugar en el que apuntalar la huida del fango de los puestos de cola e intentar salvar el año sin sufrimientos cuanto antes.