baloncesto
José Luis Rubio: "Cuarenta años después, la Copa del Rey del CAI Zaragoza sigue viva"
El presidente del antiguo CAI y padre del baloncesto aragonés rebobina hasta la fecha mágica que significó un antes y un después en el baloncesto español.
Señor Rubio, don José Luis: con esto de la celebración del 40º aniversario de la Copa de Rey del CAI Zaragoza le veo rejuvenecido y todo...
La verdad es que son días muy emotivos. Nos hemos vuelto a ver amigos de toda la vida. Y no hay nada más bonito que evocar momentos de tanta felicidad.
Reconozco que durante la pandemia, cuando estaba pocho, me ponía la final CAI-Barça. Quedan 6 minutos y 56 segundos, cinco abajo (61-66). Todo lo demás es historia.
Se sabe el partido mejor que yo.
Ocho canastas consecutivas sin fallo en tres minutos: Allen, Bosch, Arcega, Magee, otra vez Magee, Bosch y dos seguidas de López Rodríguez: 77-72.
Tras la remontada, quedaba muy poco tiempo y ganamos 81-78 al final. Ciertamente, ese partido nos marcó a todos. Por supuesto, a los zaragozanos, a los aragoneses, a los que queremos y sentimos esta tierra. Pero, sin ninguna duda, también significó un antes y un después en el baloncesto español.
Quizá es comparable a la medalla de plata en el Europeo de Nantes 83 o a la medalla de plata en los Juegos de Los Ángeles 84.
Fueron muy importantes, pero fueron grandes logros de la selección española. El logro del CAI Zaragoza fue de un club, un equipo por fin se atrevía a mirarles a los ojos al Madrid y al Barcelona.
A mirarle a los ojos, y a meterle un buen meneo...
Tan importante fue que, 40 años después, la gente me sigue parando por la calle y lo recuerda. La Copa del Rey del CAI sigue viva.
Vamos a rebobinar hasta ese 1 de diciembre de 1983.
Perfecto. Era la primera Copa del Rey organizada por la ACB, de la que soy fundador. Se jugaba en Zaragoza entre los cuatros mejores equipos de la competición en ese momento: Joventut de Badalona, Real Madrid, Barcelona y CAI. Nosotros teníamos un equipo bueno, incluso notable. Unas semanas antes, logramos fichar a Kevin Magee y el equipo pasó de notable a sobresaliente. Y lo que fue capaz de hacer ese equipo lo acaba de narrar usted: sacar de la pista a todo un Barça.
Y ese equipo de valientes pasó a ser el equipo de moda de España.
Así es. Donde iba el CAI, el pabellón se llenaba. Los medios de información comenzaron a hacer un seguimiento masivo, todo se multiplicó de forma exponencial.
Es que eran chulos hasta vistiendo: esa camiseta como la de los Bulls antes que los Bulls...
La vi en Los Ángeles, me gustó y la trajimos. El club tenía carácter, era una seña de identidad aragonesa. Ganamos otra Copa en la temporada 1989-90 con un equipo lleno de canteranos. Estuvimos siempre en vanguardia. La selección española siempre tenía jugadores del CAI. CAI era nombre de baloncesto, un fenómeno social.
Y hoy se juntan para recordar ese tiempo maravilloso.
Antes estuvimos en León para ver a Charli López Rodríguez, que está enfermo. Fuimos los Arcega, Binaburo, Indio Díaz y yo. Hoy nos reuniremos todos los ganadores de las dos Copas, seremos recibidos en el Ayuntamiento y en el Gobierno de Aragón, y haremos una ofrenda a la Virgen del Pilar.
Sí señor, como tiene que ser.
Mañana sábado, en el descanso del partido Casademont-UCAM, saltaremos a la pista y Antonio Martín, presidente de la ACB y hermano del gran Fernando Martín, me entregará una placa.
¿Hablamos del Casademont...?
Claro que sí. Lo primero, agradecer los detalles para con el CAI en esta conmemoración. Reynaldo Benito, actual presidente, fue jugador mío en el antiguo CAI, le conozco bien. José Antonio Artigas, director general, también es aragonés y conocedor del baloncesto. Hay que estar con ellos, hay que apoyarles, hay que estar con el equipo de la ciudad. El momento no es sencillo, la ACB es dura. Mañana jugamos ante un buen equipo y ante un gran entrenador, como Sito Alonso. Pero, más que nunca, hay que ganar.
