El Tecnyconta, retratado en Burgos

El equipo aragonés, sin la actitud que demandaba el partido, pierde con contundencia (96-88) ante un recién ascendido a la Liga ACB y continúa en una situación crítica.

Tomás Bellas penetra a canasta en una acción del Burgos-Tecnyconta de este domingo.
Tomás Bellas penetra a canasta en una acción del Burgos-Tecnyconta de este domingo.
Santi Otero/Efe

Fue un triunfo de fe, tesón y perseverancia. Por eso ganó el Burgos. Por eso perdió el Tecnyconta. El cuadro aragonés encajó este domingo una nueva derrota (96-88), la vigésimo segunda de la temporada, y no consigue distanciarse de las posiciones de descenso a la Liga LEB. Víctima de sus desequilibrios defensivos, y sin una propuesta colectiva solvente, los zaragozanos naufragaron con estrépito ante un adversario mucho más enérgico y equilibrado. Los visitantes resistieron los 10 primeros minutos, sostenidos nuevamente por la capacidad ofensiva de Gary Neal; pero se desencajaron después, irremediablemente, tras un segundo acto desalentador en el que recibieron hasta 30 puntos de los burgaleses. A partir de ahí, siempre a remolque, el equipo de Pep Cargol se quedó sin respuestas para intentar cuestionarle el triunfo a un recién ascendido a la máxima competición nacional.

El Burgos dispone de una plantilla discreta, sin apenas nombres de entidad, pero derrocha compromiso, personalidad, intensidad y disciplina en cada una de sus actuaciones. Sobre todo al abrigo de su entusiasta afición, cuyo despliegue ha resultado determinante en la reacción del equipo -seis triunfos en sus últimos siete compromisos-. El conjunto de Diego Epifanio, con una actitu ejemplar, ya ha alcanzado la permanencia matemática en la Liga ACB. Mientras, el Tecnyconta permanece en una situación crítica, a falta de tres jornadas para el término de la competición regular. Y el tramo final de la temporada contempla un sólo partido como local -ante el Fuenlabrada, el 20 de mayo-, y dos desplazamientos de máxima exigencia: el equipo zaragozano visitará el domingo al Unicaja de Málaga, para cerrar el curso regular el día 24, en el Palau Blaugrana, contra el FC Barcelona.

El Tecnyconta se manejó con dificultades en el inicio, anulado por la persistencia defensiva de su rival. El equipo de Pep Cargol erró sus cuatro primeros ataques, muy poco trabajados, y su primera canasta se demoró hasta casi el minuto 3 de partido Al menos, el Burgos también comenzó con dudas: se olvidó en los primeros compases del juego interior -lanzó tres triples consecutivos, todos sin acierto-, y no halló fisuras en el sistema de contención de los zaragozanos.

Sin embargo, el cuadro local enseguida adquirió un ventaja de cinco puntos en el marcador (11-6), en el ecuador del primer acto, con cinco puntos de Gailius y un certero tiro de Álex López desde el perímetro. La reacción aragonesa llegó de la mano de Gary Neal, quien convirtió cuatro canastas prácticamente consecutivas, y con un certero triple de Nicolas de Jong. Al cierre del cuarto inaugural, los zaragozanos habían recuperado el pulso (19-18). Por entonces, Neal ya era el jugador más incisivo de los visitantes, con nueve puntos facturados en los 10 primeros minutos de la contienda. En la pintura, las dos faltas personales de Xavi Rey representaban un lastre de envergadura con media hora aún por disputar.

Un triple de Paul Stoll devolvió la ventaja a los aragoneses (19-21), en la primera acción del segundo cuarto. El Tecnyconta, sólido atrás, seguía sin generar buenas situaciones de tiro en sus ataques, pero al menos no se había desencajado con las primeras rotaciones. Y continuaba por delante en el marcador, al filo del cuarto de hora, gracias a cinco puntos consecutivos de Dylan Ennis y un tiro libre de Jonathan Barreiro (25-27). En este sentido, Ennis asumió la responsabilidad ofensiva de los zaragozanos en ausencia de Gary Neal, aunque en ocasiones con lanzamientos muy precipitados. Bastaron tres errores seguidos de los visitantes para que el Burgos, mucho más disciplinado en sus decisiones, mucho más sereno en sus ofensivas, tomara una distancia de nueve puntos en el marcador (36-27), tras un parcial de 11-1. Regresó a la pista Gary Neal, con el propósito de rescatar nuevamente a su equipo, y el Tecnyconta enseguida volvió a facturar en sus acciones de ataque.

En apenas 90 segundos, la diferencia se redujo a sólo seis tantos (39-33), lo que obligó al técnico de los locales, Diego Epifanio, a detener el encuentro con suma rapidez. Neal continuó sumando, ahora desde la línea de personal, pero el equipo burgalés sacaba importantes réditos de cada uno de sus ataques. Ocho puntos seguidos de Deon Thompson devolvieron la tranquilidad al Burgos, que alcanzó el intermedio con una sólida ventaja en el marcador (49-38) y con sensaciones muy positivas en los dos lados de la pista. Al descanso, el cuadro aragonés presentaba tres únicas asistencias en sus estadísticas. Un dato que retrataba su escasa pericia en ataque; su falta de templanza, criterio y movilidad; su débil propuesta colectiva; su juego plano y previsible, sin más recursos ofensivos que el talento individual de Gary Neal. A ello había que añadir sus gigantescas lagunas defensivas, sus continuas desatenciones, que fueron castigadas repetidamente por el Burgos: 30 puntos de los locales en el segundo parcial.

En la reanudación, el Tecnyconta acentuó sus dudas, sus errores y sus desequilibrios. El equipo aragonés bajó los brazos con prontitud, con una actitud indecorosa, frente a un rival que retrató con crueldad cada una de las carencias de los zaragozanos. La distancia se fue ampliando sin remisión (66-44). Incluso su mejor activo, Gary Neal, ofreció síntomas de hastío y desesperación ante el escaso empuje de sus compañeros. A la media hora de juego, el Burgos ya había sentenciado la contienda (75-52), por momento tras ridiculizar a un equipo abatido y desencantado, sin capacidad de reacción; sin alma, sin carácter, sin personalidad, sin actitud, sin orgullo. Sin consideración ni respeto hacia la institución. Sin empatía hacia sus propios aficionados. El Tecnyconta, en este sentido, quedó perfectamente retratado. La reacción final, favorecida por la relajación de los locales, no sirvió para minimizar la decepcionante actuación de los aragoneses en un partido que se antojaba vital. El Tecnyconta se llegó a colocar a solo tres puntos en los instantes finales, pero ya sin apenas tiempo para la remontada. Y menos aún cuando los colegiados señalaron dos faltas personales a Xavi Rey, ambas inexistentes, que frenaron las aspiraciones de los zaragozanos. Arbitraje al margen, el Tecnyconta no merecía la victoria. Había tirado el partido antes, mucho antes, con una actitud indecente en el segundo y el tercer cuarto.

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