ARGENTINA - NIGERIA (16.00)

Argentina sale del búnker

Maradona, feliz en su hábitat mundialista, confía en sus "guerreros" y en Messi en su debut ante Nigeria.

Argentina sale del búnker
Argentina sale del búnker

 "Que la sigan soplando", vino a decir Maradona al mundo cuando, a petición de sus enemigos los periodistas, cogió ayer una vuvuzela y sopló con fuerza. Aire para Argentina, que sale de su búnker de Pretoria para iniciar hoy su Mundial contra las 'águilas verdes' de Nigeria. Fuera las vallas y las lonas que protegen a la albiceleste en la Universidad de Pretoria. Es hora de descubrirse en el Ellis Park de Johannesburgo.


Ya no es cuestión de hacer esperar hora y media a centenares de enviados especiales para abrir el último cuarto de hora de la práctica. Suficiente, empero, para ver que el Diego la pone como nadie en la escuadra y que se ríe del planeta al fumarse a pie de césped. Le traen al pairo las normas de la FIFA, a la que desafía constantemente. Nada de entrenarse la víspera en el escenario del choque. Ellos se quedan en su 'campus' por sus santas narices.


Maradona vuelve a una Copa del Mundo 16 años después de gritar su gol a Grecia con los ojos fuera de órbita y arruinar su carrera con un positivo por efedrina tres días después. Y presume de estar mejor que nunca. "Tengo salud, trabajo, novia, dos hijas y el privilegio de dirigir a 23 monstruos guerreros, o como quieran llamarlos, porque muero por ellos. Tenemos hambre de gloria", proclama a los cuatro vientos.


Confía en su gente, en Mascherano, que encarna su espíritu en el campo, y en hombres como Verón y Palermo, discutidos como jugadores pero imprescindibles como 'escoltas' del jefe. Sobre todas las cosas, Maradona agasaja, protege y respalda a Messi, el número uno que deslumbra en el Barça y mantiene en vilo a sus compatriotas. Desea que asuma el rol que el hoy técnico cumplió en México y que "se consagre como el mejor de la historia". Pero evita presiones añadidas.


Todos miman a la gran estrella, incomprendida en su país. Heinze, otro de los pretorianos para Maradona, sale en defensa del azulgrana. "Ojalá sea la estrella del Mundial. Lo veo muy bien, es extraordinario y todo el mundo le espera".


Parece que Argentina arrancará con un 3-4-3. Aunque no tenga centro del campo y su clasificación fuera agónica, un equipo con Messi, Tévez e Higuaín arriba mete miedo a cualquiera. Y Agüero y Diego Milito esperan. Y Di María es un puñal. Llegados a este punto, parece dar igual que Maradona desprecie la táctica, la estrategia, los vídeos de los rivales y los entrenamientos matutinos. Su mensaje llega al corazón, al escudo, y ese es el gran potencial de los bicampeones.


El sargento Lagerback


Mientras, los nigerianos confían en la mano de hierro del sargento sueco Lars Lagerback, que afronta su tercer Mundial, para superar su marasmo. Son 'pájaros' de vuelo descontrolado. A mediados de mayo, el técnico apenas conocía a sus jugadores y, sin embargo, la Federación le exige alcanzar las semifinales. Conformó la lista de elegidos sin apenas evaluación previa. Mientras otros países del entorno jugaban amistosos, ellos los cancelaban. Los aficionados rezan para que sus ídolos no caigan en la primera fase. Echan en falta un goleador, ya que Martins acusa sus constantes problemas personales y lesiones. Y Kanú es demasiado viejo. Desde la marcha de Okocha, añoran la figura de un creador.