REAL ZARAGOZA

Agapito gestiona la tormenta en soledad

Solo, sin apenas apoyos, sufriendo hasta el extremo la retirada de los importantes apoyos que se le brindaron desde el aparato político (desde el Gobierno de Aragón en particular), Agapito Iglesias vive, posiblemente, el momento más complejo en su etapa al frente del Real Zaragoza, un club deportivo, un sentimiento compartido por miles de aragoneses y un icono de la región. A su lado solo quedan dentro del club los dos consejeros que junto con él forman el Consejo de Administración: Paco Checa y Javier Porquera. El primero también es secretario general. El segundo, director corporativo. Las relaciones estrechas que mantuvo con Pedro Herrera, secretario técnico, no son ahora lo que fueron. Durante los últimos meses se han enfriado de manera considerable. El pasado mes de octubre hasta le comunicó que seguiría la misma suerte que José Aurelio Gay. Vistas las cosas con perspectiva, Agapito no se ha atrevido a dar ese paso rotundo y definitivo. Pero en todo caso mantiene abierta la distancia con Herrera. Tampoco Antonio Prieto, director deportivo, goza de la confianza del accionista mayoritario y presidente. Sigue en su cargo, y, al igual que Herrera, ha sobrevivido a la destitución de Gay, sin que el fiasco de la actual plantilla le haya afectado de manera grave. Pero Prieto lleva semanas situado fuera de las claves de confianza de Agapito.

Alguna complicidad mantiene con el entrenador, el mexicano Javier Aguirre, a quien encomendó la resurrección del equipo. La mayoría de los posibles refuerzos del mercado de invierno que se han manejado hasta aquí tienen el sello del actual técnico. Fuera del club, Agapito ha recuperado la relación con Gerhard Poschner.