Continúa resultando inexpugnable el Municipal de Ejea de los Caballeros. Pasan las semanas, los rivales y nadie consigue llevarse el triunfo de un fortín en el que los de Néstor Pérez están cimentando las bases de su éxito. Se respetaba la visita del segundo conjunto chicharrero, campeón del grupo canario y que en la primera eliminatoria no ascendió ante el Internacional de Madrid, por el valor doble de los goles a domicilio.

Demostración rápida de intenciones por ambos lados. Esquemas idénticos con los dos buscando hacerse con la posesión del esférico. Fue más una declaración de intenciones que otra cosa, ya que se alternaban en el dominio del cuero, pero sin peligro de cara a las porterías. Todo iba a cambiar tras un saque de esquina a favor del cuadro visitante, iba a ser despejado, la pelota caería al costado derecho, donde Lucho, en una contra de libro, se va en velocidad del central Javi Alonso, se interna prácticamente hasta la línea de fondo, donde sirve un pase horizontal a Garde, que en el segundo palo y a portería vacía, solo tenía que empujar.

El filial mostró la etiqueta del fútbol que suele gustar en las islas. Mucha posesión, amasar la pelota casi hasta la saciedad, pero al que luego le cuesta ver al meta rival. Tuvo un tranquilo encuentro el meta del Ejea, que en su segundo choque consecutivo, no trabajó mucho, aunque cuando tuvo que encajarse el mono de faena, lo hizo con acierto. El segundo ecuador del primer acto fue algo más monótono. El Ejea aguantaba con total comodidad la renta ante un Tenerife B que se volvía un enemigo totalmente previsible. Sin más, finalizaba el primer tiempo, con la mínima renta para los de Néstor Pérez, que supieron sacar rédito a una de las pocas ocasiones claras que hubo.

Salieron más incisivos los de casa, que veían la posibilidad de llevarse un marcador aún más favorable a tierras insulares. Iba a darle una vuelta de tuerca a la eliminatoria el Ejea, en una jugada maestra. De Mesa presiona el botón de inicio de la acción, ve perfectamente el desmarque que le tira su compañero Ramón, que mano a mano ante el cancerbero Ángel, no perdonaba y establecía el 2-0. Locura en el Municipal, pues este resultado era de una valía espectacular para la vuelta.

Despertó el Tenerife B y Brian Martín estuvo cerca de anotar un par de veces. Pero otra contra estuvo a punto de poner el lazo a la eliminatoria. Balón largo a De Mesa, centro al segundo poste, donde Barba, escorado y en posición forzada no puede precisar el remate como le hubiera gustado.