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Adiós al maleficio

El delantero francés Benzema celebra el segundo gol del Real Madrid ante el Deportivo, ayer en el estadio de Riazor.
Adiós al maleficio
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El Real Madrid puso fin a la maldición que le perseguía en el estadio de Riazor, donde había conseguido su última victoria en noviembre de 1991, y más de dieciocho años después rescató el triunfo, pese a las ausencias, con dos goles de Benzema y uno de Granero.


Es la primera victoria en La Coruña de jugadores como Raúl, que regresó a la titularidad, Guti o Casillas, quienes siempre habían salido del estadio deportivista con la decepción de un traspié, algo que no podían permitir esta temporada si querían seguir luchando por el título con el Barcelona, que le había metido presión al ganar en Gijón.


El Real Madrid, al que no le temblaron las piernas, llegó al descanso con dos goles de ventaja, pero no pudo evitar cierto sufrimiento en los minutos finales, en los que Riki le dio emoción al encuentro con un tanto de penalti hasta que Benzema sentenció en el tiempo añadido.


Ante la plaga de bajas, el Real Madrid asaltó el fortín de Riazor con un rombo en el centro del campo, con Xabi Alonso por delante de los cuatro defensas, Granero a la derecha, Guti a la izquierda y Kaká como vértice por detrás de Raúl y Benzema. Con ese esquema, los blancos consiguieron tener superioridad en la parcela ancha, donde controlaron los primeros minutos a placer ante un Deportivo que tenía a sus cuatro jugadores más adelantados muy lejos del resto del equipo, lo que favorecía el ataque del equipo de Pellegrini.


Errores locales


El Real Madrid encontró grietas en la contención del Deportivo. De nada le sirvió replegar un poco más las líneas a los diez minutos, porque tres después Laure se equivocó al despejar hacia atrás de cabeza un centro de Guti que iba a desviar Lopo, y el balón le llegó a Granero, que, libre de marca, remató a placer, también de cabeza, para adelantar al Madrid.

El gol dejó aturdido al Deportivo, pero el equipo de Pellegrini desperdició la oportunidad de abrir más la brecha con dos llegadas de Raúl, que primero no pudo rematar un pase de Benzema y después se encontró con Aranzubia.


Los coruñeses reaccionaron con timidez, con posesiones más largas, pero se aproximaron a cuentagotas al área de Iker Casillas, que ni siquiera tuvo que intervenir antes del descanso. Cuando mejor estaba el Deportivo, el Real Madrid aprovechó que el rival estaba en campo contrario tras un saque de esquina forzado por Adrián, para matarle con una contra en superioridad lanzada por Kaká y continuada por Guti, que en el mano a mano con Aranzubia prefirió ser solidario y ceder de tacón para que marcara Benzema.

El equipo gallego no dio mejores sensaciones en la reanudación y a los dos minutos estuvo a punto de permitir que el Madrid le sentenciara con una llegada por la banda derecha de Kaká, pero Aranzubia lo evitó al despejar el disparo del brasileño.


Relajado por la ventaja que tenía, el Real Madrid bajó la intensidad en el último tramo del partido, y Riki puso la emoción al encuentro al transformar un dudoso penalti que le había hecho Sergio Ramos. La sombra del maleficio de Riazor no intimidó al equipo blanco, que superó la presión con un nuevo gol de Benzema.