Los representantes legales del Real Zaragoza y del cuerpo técnico encabezado por Marcelino García Toral alcanzaron ayer un principio de acuerdo para liquidar las cantidades pendientes de cobro que fueron recogidas en la sentencia judicial que dio la razón recientemente a Marcelino y sus colaboradores, Rubén Uría e Ismael Fernández.

La sentencia obligaba al Zaragoza a abonarles alrededor de 4 millones de euros en concepto de finiquito. La cifra engloba la mitad de los emolumentos de la temporada 2008/2009, cantidad que quedó aplazada con pagarés, y la totalidad del salario y de la ficha de la última temporada, excepto las cuatro nóminas mensuales percibidas antes del despido.

De esa cantidad, 1,3 millones de euros deberán abonarse antes del 30 de septiembre de este año, y el resto, unos dos tercios del monto total del finiquito, se liquidará mediante pagos fraccionados y aplazados hasta junio de 2012 que acordaron ayer las dos partes en litigio.

Con este pacto, Marcelino retirará su denuncia del Colegio de Entrenadores y, por lo tanto, de la LFP y la Federación Española de Fútbol, por lo que se desbloquea la posible inscripción de futuros jugadores del Real Zaragoza.

Bajas del equipo filial

Por otra parte, el Real Zaragoza decidió ayer el capítulo de bajas de su equipo filial, que, un año más, ha fracasado en su intento de ascenso a Segunda B.

Dejan el filial Arsene, Gaffoor, Colo, Nacho Gómez, Hiroshi, Nacho Lafita y es dudosa la continuidad de Borque. Además, el Real Zaragoza negocia con el brasileño Raphael, con una temporada más de contrato, la rescisión.