Jaime Pradilla: "Aún sigo sin creérmelo"

El jugador zaragozano saborea el oro europeo en la capital aragonesa apenas unas horas antes de incorporarse al Valencia Basket. “Ha sido una experiencia única”, señala.

Jaime Pradilla, este martes en Zaragoza con su medalla de oro.
Jaime Pradilla, este martes en Zaragoza con su medalla de oro.
Heraldo

Jaime Pradilla irrumpió el domingo con fuerza en la historia del deporte aragonés. El jugador zaragozano, de 21 años, logró la medalla de oro del Eurobasket en Berlín, la más inesperada de la historia del baloncesto español. Brown, Jaime Fernández, López-Aróstegui, Willy Hernangómez… y Pradilla fue el quinteto inicial de un partido histórico contra Francia. Este martes ha pasado por Zaragoza apenas unas horas para estar en casa, antes de viajar a Valencia e incorporarse a su club.

Si hace dos meses le dicen que el 18 de septiembre iba a estar en lo más alto del podio de un Campeonato de Europa, ¿cómo hubiera reaccionado?

Primero le hubiera contestado que para eso tenía que ir convocado. Y le hubiera dicho que no, que no me lo creía. Ahora sigo sin creérmelo, es algo que no me esperaba y que no se esperaba nadie de mi familia. Pero son cosas que pasan, he sabido aprovechar la situación el momento, así que estoy supercontento.

¿Le ha dado tiempo a asimilar cómo puede cambiar su carrera este triunfo?

No me ha dado tiempo a asimilar ni que hemos ganado. La verdad es que es un título muy importante. La gente no creía en nosotros, pero nosotros hemos creído en nosotros mismos. Luchar contra eso y ganar hace que tenga un valor añadido.

¿Pero qué cree que va a suponer para su carrera, teniendo en cuenta su edad y todo lo que le queda por hacer?

Lo primero, experiencia, que al final en este deporte es una de las cosas más importantes. No todo el mundo puede decir que ha vivido algo así, es una experiencia única, con jugadores como Rudy (Fernández), Juancho (Hernangómez), Willy (Hernangómez), la concentración con Sergi (Llull), aprendiendo mucho con Sergio Scariolo… Es alimentarte de gente muy buena y crecer con ellos. Y a nivel individual seguro que me va a ayudar a seguir creciendo, a coger confianza y a ratificar todo el trabajo que he venido haciendo, para seguir trabajando y que las cosas sigan mejorando.

Dijo Scariolo que el Eurobasket ha sido un camino individual de cada jugador, en el que todos los trayectos han coincidido en el triunfo final. ¿Cuál ha sido su camino?

Había jugadores que pasaron por situaciones distintas desde el principio, hubo jugadores que venían de ventanas que llevaban mucho tiempo y necesitaban esta oportunidad. Yo este año he tenido un gran año y me la han dado, y en el Europeo he ido aportando intensidad y dureza. En los momentos en los que necesitaba el equipo he intentado dar el máximo. En ataque no he sido el más destacado, pero en defensa he sido un pilar bastante importante.

Jugara los minutos que jugara, en muchos partidos -incluida la final- fue titular. ¿Qué le pedía Scariolo?

Lo que se vio en la final. Esa energía, ese salir con el equipo y que salgamos metidos desde el primer minuto. Que el equipo salga duro, que salga intenso, que no nos coman la tostada en el primer momento, sino que sea al revés, que se la comamos nosotros. Al final era eso lo que me pedía, no me pedía puntos, no era lo que me tocaba a mí este año. Me pedía mi energía, mi intensidad y mi dureza y, si me tocaba, pues bailar con la más fea o pelearme con el más duro. Era eso todos los días (ríe). Yo tenía que saber cuál era mi rol y ha ido bien.

Ha medido su nivel con el de la élite europea, con lo mejor de lo mejor del continente. ¿Qué ha visto que le falta por mejorar?

Tengo 21 años, me quedan muchas cosas por mejorar y por aprender. He aprendido mucho, pero también he aprendido que me queda mucho por aprender. Al final, para llegar a donde ha llegado Rudy hay que tragar mucho, hay que sufrir, caerse muchas veces y levantarse más. Eso es lo más importante.

Ha sido un oro inesperado. Se ha destacado mucho que, salvo el propio equipo, pocos creían en que se podía llegar hasta lo más alto. ¿Esto les ha picado el orgullo? ¿Les ha servido de motivación para demostrar que podían hacer algo grande?

Llegó un punto en el que nos lo llevamos hasta a lo personal. Nos hacía daño, pero conseguimos que ese hecho de que la gente no confiara en nosotros nos uniera más. Salimos como un grupo más fuerte, nos vino hasta bien para seguir creciendo y peleando hasta ganar el título.

La lección que se saca es la fuerza del colectivo. Un equipo sin superestrellas que acaba imponiéndose a todo y a todos.

Nosotros no teníamos el mejor equipo en ataque, no teníamos el mejor equipo individualmente, no éramos eso. Pero éramos un equipo, y al final eso es lo que más importa. Los jugadores solos no ganan un campeonato. Pueden ganar partidos, pero los campeonatos los ganan los equipos.

Está en Valencia, pero se formó en Zaragoza. ¿De quién se acuerda en estos momentos?

Me acuerdo de toda la gente que ha estado siempre, sobre todo de mi familia, de la gente que me ha apoyado siempre. En cuanto al club, me acuerdo sobre todo de Luis Arbalejo, que ya no está en el club, de Carlos Iglesias, que me ayudó mucho, de Jorge Serna… Agradecer mucho a CBZ porque estuve allí desde pequeño, gracias a mis hermanos, me ayudaron mucho. Luego agradecer también a Reynaldo (Benito) la confianza que tuvo en su momento conmigo. Me acuerdo de todos y siempre están presentes en mi mente.

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