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Rodrigo San Miguel: "El Casademont está acusando mucho la falta de público en las gradas"

El capitán del equipo aragonés se considera un privilegiado porque el baloncesto de élite «al menos puede seguir desempeñando su actividad», al contrario de lo que sucede con otras profesiones.

San Miguel posa con la pelota de baloncesto en el potrero del parque del Castillo Palomar en Zaragoza.
opdrigo San Miguel posa con la pelota de baloncesto en el potrero del parque del Castillo Palomar en Zaragoza.
Oliver Duch

Rodrigo San Miguel es el capitán del Casademont Zaragoza. Y uno de los jugadores más queridos por la afición por su capacidad de liderazgo, su desempeño en la pista, su actitud ejemplar y su carácter tranquilo y afable.

¿Cómo ha afectado al baloncesto la pandemia del coronavirus?

Como en cualquier ámbito de la vida, la covid-19 también ha golpeado al deporte profesional. Sin embargo, nosotros, al menos, sí podemos seguir desarrollando nuestro trabajo. En este sentido podemos considerarnos unos privilegiados porque nosotros, una vez finalizado el confinamiento, enseguida pudimos retomar nuestra actividad. Incluso pudimos finalizar la anterior temporada con una fase final que se celebró íntegramente en Valencia. Y aunque estamos jugando sin público, uno de los grandes atractivos del deporte profesional, nosotros al fin y al cabo seguimos disfrutando del deporte y de nuestro trabajo.

¿Qué medidas ha adoptado el baloncesto profesional?

Lo principal atiende a los PCR que nos hacen 48 horas antes de cada partido, para detectar si existe algún caso de covid-19 en la plantilla. Y está funcionando bien, porque nos da seguridad y sirve para aislar a las personas que dan positivo. Otra medida es que se desinfecta el material con el que trabajamos diariamente, incluidos por supuesto los balones, al margen del uso casi continuado de mascarillas. También accedemos al pabellón por un sitio diferente al resto de los trabajadores que acuden a los partidos. Estamos muy protegidos y gracias a ello podemos seguir jugando.

¿Cuál es la sensación de competir en pabellones vacíos?

Es una sensación muy rara, porque jugar sin público se nota mucho. Sobre todo en los partidos de casa, ya que el Casademont cuenta sin duda con una de las mejores aficiones. El equipo está acusando no tener a las casi 10.000 personas que se citaban cada partido en el pabellón Príncipe Felipe.

¿Qué escenario espera para 2021?

Yo espero que se acabe esta pesadilla de una vez por todas. Y no me refiero a nivel deportivo, sino al ámbito de la salud para todo el mundo. Ha habido un montón de muertes, que ha sido sin duda la peor parte de la pandemia, y es algo que no debemos olvidar. Sin embargo, también necesitamos sacar alguna lectura positiva de esta desgracia: por ejemplo, valorar todo lo que tenemos. Espero que poco a poco vayamos recuperando la normalidad, la vida que teníamos antes.

¿Cree que se podrán finalizar las competiciones?

Con las medidas yo creo que se pueden terminar las competiciones. Lo más peligroso era jugar competición europea, pero enseguida se cambió el formato. Ahora hay menos partidos y hay más margen para colocar posibles encuentros aplazados. En ACB se está llevando un control muy exhaustivo y más o menos se está sacando adelante reubicando los partidos suspendidos. Espero que lo peor ya haya pasado, que de aquí en adelante todo va a ir mucho mejor. Yo confío en que así sea. Y ojalá pueda entrar público pronto ya a los pabellones, de manera controlada, aunque sea con el aforo limitado.

¿Qué propone para mejorar la situación actual?

Lo mejor que podemos hacer es ser prudentes, hacer caso a las autoridades sanitarias, juntarnos únicamente con grupos muy reducidos. Poco a poco, entre todos, tenemos que ser capaces de salir de esta situación y recuperar la normalidad.