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"El éxito no da la felicidad, pero la felicidad conduce al éxito"

David Navarro ha ascendido al Tarazona hasta la Segunda División B.

Deportes
Le sobran las razones para sonreír a David Navarro.
Oliver Duch

Nada, ni la covid, ha detenido en su caminar hacia la Segunda División B al Tarazona, que el pasado fin de semana brincó a la categoría de bronce del fútbol español apadrinado por el técnico David Navarro

¿Esperaba el ascenso?

Sí.

Lo políticamente correcto sería decir que no...

¿Quiere que le diga lo políticamente correcto o lo que realmente pienso?

Lo que realmente piensa, claro.

Pues sí, esperaba el ascenso.

¿Por qué?

La sensación desde el inicio de la temporada ha sido muy positiva. Tras perder la temporada pasada el ascenso en el último partido ante el Alavés B, pensaba dejarlo. Pero entre mi familia, la afición, la gente del club... El vínculo creado era muy fuerte y decidí seguir. Llevábamos tres ascensos perdidos en el último momento. Merecíamos subir a Segunda B.

No fue sencillo el ascenso...

Claro que no. Después de cuatro meses, te lo jugabas todo en una semifinal y una final. En la semifinal derrotamos al Aragón (1-0), y en la final, al Brea (3-0).

El aficionado se dio cuenta de que iban en serio cuando le plantaron cara al Rayo Vallecano de Segunda en la Copa del Rey.

Nos eliminaron en el minuto 122. Vinieron con todo. Y sí, ese día nos dimos cuenta de que podíamos plantarle cara a cualquiera.

Iban lanzados en la liga cuando entró en juego el maldito coronavirus.

Es cierto que estábamos lanzados. Los rivales habían comenzado a pinchar y nosotros nos habíamos situado líderes. Hablamos todo el equipo. Seguimos trabajando en nuestras casas, entrenando como podíamos, comunicándonos permanentemente con videollamadas. Fue fantástico.

¡Qué maravilla, David!

Cuando pudimos entrenar en grupo, trabajamos a tope, desarrollando 39 entrenamientos antes de jugar la fase final exprés. Siempre es una incógnita saber cómo vas a responder, pero yo les dije a los jugadores que nos merecíamos lo mejor.

Se aprecia una sana ambición en el Tarazona.

No es igual tener apetito que tener hambre. Nosotros teníamos hambre de victoria, además de un alto sentimiento de pertenencia. El mensaje siempre fue que el éxito no da la felicidad, pero la felicidad conduce al éxito. Y la felicidad son las pequeñas cosas que no cuestan dinero. Y de esas tenemos muchas en Tarazona.

También es abundante la afición.

Sin ninguna duda, la más numerosa de Tercera. Ha sido fundamental, igual del trabajo de la directiva que preside Aniceto Navarro, una persona pionera en tantas cosas. La llegada de Michel Sanz a la dirección deportiva también supuso un avance. Y el trabajo de todo el cuerpo técnico también ha sido extraordinario.

¿Qué van a hacer para afrontar las exigencias de la Segunda B?

Tener humildad y ambición, dos propiedades que no solo no colisionan, sino que se necesitan la una a la otra. Junto a la directiva, la afición, el cuerpo técnico y los jugadores, lo conseguiremos.

Se le nota sonriente, feliz.

Me sobran los motivos para ser feliz. Me siento un afortunado. Quien desarrolla una actividad que le gusta, no tiene un trabajo, sino una profesión. Es mi caso.

¿Volvería a dejar su trabajo en una entidad bancaria para sentarse en el banquillo?

Es la mejor decisión que he tomado en mi vida. Y en eso tengo que agradecer a mi mujer, Virginia, el apoyo que me prestó y me presta. Solo así puedo desarrollar plenamente mi pasión por el fútbol.

Esa pasión le ha llevado a ser censurado en algunos círculos del fútbol regional.

Valdano dijo que si pierdes, no te perdonan, y si ganas, te odian...

Alguien dijo también que, si no quieres que te critiquen, no hagas nada, no digas nada, no seas nadie. Lo dijo un tal Aristóteles...

Todos los días se puede aprender algo. Muy buena reflexión.

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