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Un arte milenario con beneficios para todas las edades

La práctica de pilates en familia mejora el rendimiento físico,  reduce el estrés y fortalece los vínculos.

Hacer pilates en familia tiene múltiples beneficios para todos sus miembros.
Hacer pilates en familia tiene múltiples beneficios para todos sus miembros.
Freepik

Muchas personas buscan ejercicios que les ayuden a mantener la forma a la vez que pasan un tiempo en familia. El pilates es la actividad perfecta ya que es una disciplina que puede adaptarse a todas las edades.

El pilates tiene múltiples beneficios como la mejora del rendimiento físico, la reducción del estrés y el fortalecimiento de los vínculos familiares. En Youtube hay numerosos vídeos que enseñan rutinas de ejercicios para practicar con niños. Para realizar pilates es necesario que el niño tenga el concepto de su cuerpo y pueda expresarse con normalidad. Hay ejercicios para todas las edades. Una rutina completa es la que hace trabajar todo el cuerpo a la vez que libera la mente.

Ejercicios para la espalda, los brazos y las piernas

Tumbados boca abajo estiraremos los brazos estiraremos los brazos por encima de la cabeza. El ejercicio comenzará levantando una pierna mientras apretamos el glúteo y los abdominales. Haremos lo mismo con la otra pierna durante 10 repeticiones.

El siguiente ejercicio implica la coordinación entre brazos, piernas y cabeza. Tendremos que levantarlas a la vez, sintiendo cómo se estiran los músculos. Tendremos que repetirlo 10 veces. La terna de ejercicios de pilates para la espalda la completaremos levantando la parte superior del torso, los brazos y la cabeza.

Trabajo de abdominales

Nos tenemos que poner boca arriba sobre la esterilla. Flexionaremos las rodillas manteniendo los pies apoyados en el suelo. En esa postura, intentaremos llegar a tocar los pies con las manos de forma alternativa.

Otro ejercicio para fortalecer los abdominales consiste en poner las piernas en ángulo recto e intentar tocar los pies levantando el cuello y las cervicales, pero manteniendo el torso recto. Por último, están los oblicuos. Para ello, colocaremos las manos detrás del cuello, teniendo cuidado de no tirar de él y lastimarnos. En esta postura intentaremos tocar el codo derecho con la rodilla izquierda y el codo izquierdo con la rodilla derecha.

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