Temor a una doble injusticia

?El Huesca confía al menos en minimizar la posible sanción a Íñigo López por su expulsión, ya que tal y como está redactada el acta podrían caerle hasta 4 partidos.

Íñigo López se levanta enfadado por la simulación de la agresión de Esteban, que provocó su expulsión.
Íñigo López se levanta enfadado por la simulación de la agresión de Esteban, que provocó su expulsión.
C. P

La SD Huesca cosechó una inmerecida derrota ante el Oviedo decantada claramente por las decisiones arbitrales: una expulsión en el 67 y un penalti en contra en el 83, aunque los carbayones también reclaman una pena máxima no pitada a Linares en el 73. Con todo, pese a que sigue doliendo el resultado, los esfuerzos se focalizan ahora en evitar una sanción desproporcionada por la roja a Íñigo López para no sufrir una doble injusticia.


Tienen pensando recurrir tanto la expulsión de López como la amarilla a Carlos David tras el inexistente penalti a Linares en el 83 y que acarrea un partido de suspensión al cumplir ciclo, lo que en principio deja a Tevenet sin sus dos centrales titulares para Llagostera. Desde los estamentos del club mantienen la esperanza de poder retirarles las tarjetas o cuanto menos, de minimizar los daños al máximo.


El caso que más preocupa es el de Íñigo López ya que tal y como redactó el acta Oliver De la Fuente Ramos, en función de la interpretación de los miembros del Comité de Competición, podrían caerle hasta 4 partidos, una sanción a todas luces excesiva (las imágenes de televisión delatan que Esteban fingió la agresión).


El árbitro justifica la expulsión asegurando que en el minuto 67 Íñigo López "golpea con la pierna a un adversario situado en el suelo, encontrándose el juego detenido". Si se mantiene la roja, el central azulgrana recibiría una sanción de dos partidos como mínimo aplicando simplemente el artículo 114 sobre las expulsiones directas, que conllevan siempre un partido a no ser que "se deban a situaciones en que el futbolista no hubiera tenido posibilidad de disputar el balón", en cuyo caso la suspensión de al menos dos.


No obstante, leyendo simplemente el acta, el Comité podría aplicar a esta acción otros artículos más gravosos. Si consideran que se puede calificar como "violencia en el juego" (artículo 123), la suspensión puede ser de dos a tres partidos por el hecho de producirse "estando el juego detenido". Y si creen que se puede tachar incluso de una "agresión" del artículo 98, la suspensión sería de cuatro a doce partidos –y no de seis a quince– por el hecho de no haber causado lesión y por tener lugar con el juego detenido.


En el caso de Carlos David, el acta refleja que recibió una amarilla en el 83 por "golpear a un adversario con el brazo de forma temeraria en la disputa del balón". Desde el club niegan tajantemente que la acción del central oscense pueda calificarse de "temeraria". Pero en este caso no se teme que si finalmente se confirma la sanción, vaya más allá de un partido por acumulación de tarjetas.

4º partido con errores arbitrales

El enfado que exteriorizó Tevenet en sala de prensa nada más acabar el partido es solo un signo de la indignación que existe en el seno del club por las consecuencias de varios arbitrajes recibidos todos en El Alcoraz. Las quejas comenzaron con la visita del Valladolid (1-1) ya que el gol de Rodri que adelantó a los pucelanos vino precedido de una falta a Morillas.


A los 15 días, ante la Ponferradina (1-1), el gol olímpico visitante no debió subir al marcador por un empujón a Leo Franco –ayer los leoneses calcaron la jugada ante el Leganés, pero el árbitro sí anuló el tanto– y un penalti no pitado a Machis. Dos semanas después, el Numancia disfrutó con empate a cero de un penalti inexistente pitado a Manolo. Por suerte se marchó a la nubes y el Huesca acabó ganando 2-0. En total, 5 puntos menos con los que los azulgrana estarían en una cómoda posición y no al borde del descenso como ahora.

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