Un adiós ejemplar

El Huesca no puede remontar ante el Racing pese a los goles de Ramón y Marcos

Varios jugadores se lamenta de una ocasión perdida.
Varios jugadores se lamenta de una ocasión perdida

La Sociedad Deportiva Huesca juvenil cerró una temporada mayúscula a un paso de los cuartos de final de la Copa del Rey. Se lo impidió el empate a dos con el Racing de Santander tras el 3-2 de la ida. Los azulgranas acariciaron la remontada primero y la prórroga por último ante un contrincante muy sólido. El partido, disputado ante más de mil espectadores, dignifica y explica el curso de los chavales, una amalgama de virtudes: compañerismo, humildad, sacrificio, fe, calidad y atrevimiento.


Había que ganar y el Huesca nunca estuvo por delante en la eliminatoria durante sus 90 minutos definitivos. Lo impidieron una falta magistral y un contraataque de libro que invalidaron un testarazo de Ramón Murillo y el gol de penalti de Marcos Martín en el descuento. Lo dieron todo, los jugadores y el técnico, que además contaba con la sensible baja del lateral zurdo Miguel Mallada y solo pudo dar salida al ariete Sergio Sánchez, que también se perdió la ida por su lesión, los seis últimos minutos y a la heroica.


El objetivo, buscar sin urgencias y sin respiro la meta racinguista, algo que se logró en los primeros diez minutos. En el 3, Dani estrelló su lanzamiento a puerta en un defensa tras una acción de Rausell y en el 8 Ramón no acertó a sortear al cancerbero Puras y, después, San Emeterio salvó el gol que casi cantaba Paúles. Los oscenses encerraron al Racing en su campo durante este tramo, pero su empuje fue cediendo y los visitantes perdonaron dos muy claras.


El golazo de Rubén en el 54 y la falta de pegada parecieron cerrar el duelo. No con este equipo. Quique agitó el banquillo y los azulgranas volvieron a creer con el empate de Ramón tras una jugada conducida por Rausell en la diestra solo once minutos después.


Todo era posible y se buscó el segundo con un centro chut de Richi, un disparo lejano de Dani y un centro de Bermúdez al que no llegó Ramón por milímetros. En un partido de ida y vuelta, Salas volvió a salvar a los suyos antes de una contra mortal de necesidad remachada por Mario en el 87. ¿Punto final? No. La pena máxima por mano en el 91 alimentó el aplauso final de la grada.