Cuatro helicópteros y sesenta operarios participan en la extinción de un incendio en Villel

El aviso de un conductor que circulaba por la N-330 y la rápida intervención de los equipos permitieron que el fuego fuera controlado en tres horas. Las llamas arrasaron 3,5 hectáreas de pino y matorral

Integrantes de las brigadas contra incendios apagan los rescoldos del fuego registrado ayer por la tarde en Villel.
Cuatro helicópteros y sesenta operarios participan en la extinción de un incendio en Villel
Antonio García/bykofoto

La caída de un rayo durante una tormenta seca provocó ayer un incendio forestal en Villel (Teruel) que arrasó la cima de una montaña en la partida de la Serretilla. El fuego se inició en torno a las 16.30 y quedó controlado hacia las 19.00 gracias al amplio despliegue de medios humanos y materiales realizado por la DGA. 


En la extinción participaron sesenta operarios de los retenes contra incendios apoyados por cuatro helicópteros –tres de ellos con base en la provincia de Teruel y uno procedente de la vecina Cuenca– y tres motobombas. Las llamas calcinaron la vegetación de pinos y matorral en una superficie de 3,5 hectáreas.


La voz de alarma del incendio –uno de los más graves del verano en la provincia de Teruel– la dio un automovilista que al pasar por el kilómetro 284 de la carretera N-330, cerca de Villel, divisó la columna de humo que salía de una montaña. El conductor avisó al teléfono de emergencias 112, desde donde se puso en marcha el operativo de respuesta. La intensa humareda era perfectamente visible desde Teruel capital, situada a 15 kilómetros de Villel en línea recta. 


El alcalde, Juan José Rodero, que fue alertado por el 112, inició la labor de localización del fuego. Explicó que se puso "muy nervioso" ante la posibilidad de que las llamas, empujadas por el suave viento de la tarde, alcanzaran una vaguada cercana poblada de un pinar frondoso, y "se fueran de las manos". El paraje afectado por el siniestro, muy quebrado y de difícil acceso, está situado cerca del santuario de la Fuensanta, un lugar muy apreciado y frecuentado por los vecinos de la localidad y de otras poblaciones cercanas.


Rodero dijo que, al constatar la peligrosidad del incendio, su teléfono "echaba humo" en busca de ayuda para contener el fuego. Reconoció que la respuesta a sus demandas fue rápida y en menos de hora y media la zona "se llenó de helicópteros y camiones contra incendios". El alcalde explicó que las labores de extinción se vieron muy favorecidas por la proximidad de la balsa de riego de la Serrilla, que permitió la rápida recarga de los helicópteros. El embalse, de 100.000 metros cúbicos, está situado a cinco minutos de vuelo del lugar de intervención de las aeronaves. 


El incendio provocó la alarma de la población al producirse en una zona que registra una situación de extrema sequía y durante una jornada de intenso calor. Un vecino reconoció que la vegetación ardía "como la pólvora" debido a la sequedad y las condiciones favorables para la propagación del fuego. El alcalde explicó que todo apunta a la caída de un rayo como desencadenante porque, poco antes de que se detectara el humo del incendio, se escucharon varios truenos sobre el pueblo que estuvieron acompañados de unas pocas gotas de lluvia. 


Teniendo en cuenta la eficacia de la balsa de riego de la Serrilla para apagar el fuego, Juan José Rodero instó a la DGA a colaborar con los usuarios del embalse para solucionar los problemas de filtraciones que presenta. El coste de la impermeabilización se ha estimado en unos 100.000 euros. El secretario de la Comunidad de Regantes apostilló que también sería muy beneficioso para la lucha contra incendios mejorar el acceso rodado para facilitar la carga de las motobombas.


Uno de los primeros retenes en llegar al lugar fue el que tiene su base en la misma Villel. Los helicópteros contra incendios de la DGA llegaron de Teruel, Alcorisa y Calamocha. A ellos se sumó una aeronave de la Brigada de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF) del Ministerio de Agricultura en Cuenca.


Aunque el fuego se dio por controlado al atardecer, durante la noche estaba prevista la permanencia en la zona de un reten equipado con una motobomba para impedir que las llamas se reavivaran. Varios efectivos de la Guardia Civil intervinieron en el operativo.