EUROVISIÓN

¿Quién ha metido un gol a quién?

TVE asegura que apoyará "con todas las consecuencias" al candidato elegido. Buenafuente y las audiencias de La 1 son los grandes beneficiados del "fenómeno chiki"

Ayer se votó, pero las consultas populares empezaron antes y con un referendo más extravagante: elegir al representante español en Eurovisión. Y no se habla de otra cosa. El "Chiki chiki" salió victorioso y hay quienes creen que TVE no debería permitir tal burla -además- de la competencia, y otros que opinan que Eurovisión no ha de tomarse en serio, que hace 30 años que España no se come una rosca y nuestros artistas han sido sistemáticamente ignorados.


Sea como fuere, Rodolfo Chikilicuatre, con su recargado tupé y sus descomunales gafas, se mostró ayer "muy agradecido a España que ha demostrado que tiene sentido del humor". Por su parte, la directora de programas de TVE, Eva Cebrián, destacó que "las votaciones han sido libres, abiertas y sin interferencias", y añadía que "a partir de ahora, Chikilicuatre es el candidato de TVE a Eurovisión a todos los efectos y recibirá nuestro apoyo con todas las consecuencias".


Cebrián afirma que el proceso de elección de este año ha sido "transparente e imaginativo", y ha conseguido acabar con la indiferencia y el desinterés que había hacia el festival. Razón no le falta, porque éste es el principal beneficio que saca TVE de la gamberrada: la audiencia de la gala del sábado se presume espectacular (los datos se conocerán hoy) y la cita del 24 de mayo en Belgrado podría hacer resucitar el entusiasmo de los "eurofans".


Seguidores que, por cierto, están algo disgustados con lo que pudo verse el sábado. Denuncian, y no sin razón, que la gala fue trasnochada, mal llevada, tediosa y ridícula. La expectación de la vuelta de la Carrá se disipó en cuestión de nanosegundos: a la italiana se le ha olvidado el español y llevaba unos harapos que ya nadie diría eso de "Hola Raffaella" si nos llamara al teléfono. ¡Pero si no conseguió comunicarse con una tal "pajarraca" enjaulada (que vaya usted a saber de dónde sacaron) y tuvo que levantarse Boris a ayudar! Se cayó un mito, como se suele decirse. Además, para querer dar una imagen futurista, su interpretación en riguroso "playback" de "En el amor todo es empezar" no fue lo más acertado, aunque quizá fuera uno de los momentos más memorables de este "Salvemos Eurovisión", que ha logrado el efecto contrario.


¿Los comentaristas? No se mojaban y encima estaba Rosa, Rosa de España, que no se aclaró hasta el final de la gala con lo que quería decir, justo ya cuando el ganador tenía que salir a actuar y la gente pasaba por delante de la cámara como si fuera el patio de su casa. De función escolar, vamos.


Las intervenciones de La Casa Azul y Coral se dejaron para el final, en una argucia para que la gente se olvidara del Chikilicuatre. Ni con esas. Los intentos desesperados de Uribarri porque no calara el mensaje de Buenafuente quedaron estrellados.