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Nando López: "Es alarmante la enorme presión por iniciar una vida sexual cuanto antes"

El escritor detrás de otros éxitos como 'La edad de la ira' refleja en la serie 'Red flags' las relaciones y realidades de cuatro adolescentes.

El escritor Nando López, en una imagen promocional de ‘Red Flags’.
El escritor Nando López, en una imagen promocional de ‘Red Flags’.
Atresplayer

Cuatro adolescentes son muy amigos, pero no se conocen en persona. Se siguen en una red social que, para ellos, es tan real como la vida misma. Comparten sus miedos, problemas o decepciones con sus recientes experiencias sexuales, que ponen a prueba sus creencias sobre la vida, el amor y la amistad. Así es la ficción 'Red flags', creada por el escritor Nando López (46 años, Barcelona), donde refleja las vidas sexuales y emocionales de cuatro jóvenes de la denominada Generación Z. Protagonizada por Mar Isern, Diego Rey, Iría del Valle e Ibrahima Kone, la serie está disponible en atresplayer, la plataforma de Atresmedia.

¿Por qué una ficción sobre la vida sexual y emocional de la Generación Z?A raíz de 'La edad de la ira' me proponen desde Atresmedia la posibilidad de ahondar en algunos temas que tuvieran que ver con el mundo adolescente y a mí me parece especialmente importante hablar de la vida sexual y emocional de esta generación. Son jóvenes que se están enfrentando a un modo de relacionarse, desde la preadolescencia, a las relaciones 'on line' y a una realidad 2.0. Quería contar de alguna manera, y es lo que hemos intentado en la serie, hablar de la mirada de los propios adolescentes. Es decir, no retratar su vida sexual desde lo que imaginamos en el mundo adulto, sino a partir realmente de cómo lo viven y cómo lo expresan. Llevo trabajando con jóvenes en literatura desde hace mucho tiempo y ellos me piden hablar desde una manera más pura y clara, sin condescendencia, además de tratar otras cuestiones tan urgentes como la influencia del porno o los trastornos de conducta alimentaria.

En 'Red flags' abordáis temas de los que no se suele hablar como, por ejemplo, la deshumanización que se puede dar en aplicaciones para buscar sexo. ¿Cómo se debe afrontar este asunto más allá de la ficción?Necesitamos que la educación sexual forme parte de la educación. Necesitamos más talleres, expertos, psicólogos y psicólogas. porque estamos dejando sola a esta generación en esta nueva forma de relacionarse. En estas aplicaciones hay un límite muy fino entre la exhibición que haces voluntariamente y lo que sería el no consentimiento, el abuso, la cosificación o la sexualización. Creo que es un tema demasiado serio para que no lo estemos abordando y la ficción también es una vía para tratarlos. Pero tiene que ser una educación basada en vamos a hablar, vamos a comentar, vamos a expresar.

También está en la adolescencia la presión por iniciarse en el sexo.En el proceso de creación de la serie, a mí me importaba mucho que plasmásemos, porque nos parece muy alarmante, la enorme presión por tener una vida sexual cuanto antes, por imitación del porno y por esa falta de información que hace que muchas primeras relaciones sean no consentidas. Tenemos que introducir la educación sexual para que puedan disfrutar de su sexualidad de una manera libre, sana y no tóxica.

-¿Es recomendable que unos padres y sus hijos se sienten a ver juntos esta ficción?Sí, seguro. Yo creo que a lo mejor no se sientan juntos, porque el adolescente necesita su espacio y hay que respetarlo. En 'Red flags' no hay adultos: es una serie que ocurre todos los viernes. Pero los padres y las madres que pudieran sentarse a ver esta serie deberían mirar con atención para plantearse qué quieren hablar con sus hijos, con sus hijas, y tener conciencia de que si no tenemos esta conversación, si no les damos un espacio, estamos empujándolos a que su vida sexual sea compleja. En 'Red flags' mostramos historias que son reales y mucho más frecuentes de lo que creemos. Creo que esta generación está siendo muy prejuzgada y no se está valorando lo difícil que es, por ejemplo, la presión de las redes. Es algo que no existía antes.

'Red flags' llega en un momento de debate sobre la prohibición o no de los móviles en los centros escolares y el cuestionamiento del uso de las redes sociales en adolescentes. ¿Cuál es su posición?Las redes son solo un vehículo y lo que tenemos es educar a su uso. Yo no creo en prohibir. Si lo prohíbes, es un mal deseable. El adolescente es transgresor por naturaleza, si se lo quitas, más ganas tiene de acceder a ello. En 'Red flags' queríamos retratar las dos serpientes: en la serie vemos que las redes son un vehículo de transmisión de odio, de toxicidad y de control, pero también en ellas es donde estos personajes construyen su propio mundo seguro y crean comunidad. Eso está ocurriendo en esta generación, que también usa las redes a su favor. Lo que haríamos al prohibir algo es un acto de hipocresía, porque estamos en una sociedad en la que todo el mundo usa constantemente el móvil. Prohibirlo en un centro escolar no es un modo de educar a usarlo.

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