Los orines universitarios que acabaron con la fiesta

La última apertura paralela celebrada en el campus de la Universidad de Zaragoza se celebró hace 25 años.

La noticia, tal y como la dio HERALDO DE ARAGÓN
Los orines universitarios que acabaron con la fiesta

Se cumplen 25 años de la última apertura paralela celebrada en el campus de la Universidad de Zaragoza. Las autoridades universitarias decidieron suprimir la fiesta después de que decenas de estudiantes orinaran en la Facultad de Ciencias sobre aparatos de alta tecnología, valorados en más de quince millones de pesetas.


La fiesta, coordinada por el vicerrectorado de estudiantes, convirtió el campus en un auténtico vertedero. La apertura paralela volvió a celebrarse en Zaragoza el 8 de noviembre de 1997, después de seis años sin hacerlo. Sin embargo, en esta ocasión no fue en el campus, sino en el recinto ferial donde los universitarios festejaron la vuelta al curso.

Los estudiantes usaron aparatos de alta tecnología como urinarios


M. Gay Vitoria. Zaragoza

Decenas de estudiantes que participaron el pasado miércoles en la fiesta de la apertura paralela orinaron sobre aparatos de alta tecnología valorados en más de quince millones de pesetas. Los jóvenes recurrieron a lo largo del día a hacer sus necesidades contra las ventanas del sótano de la Facultad de Ciencias. El líquido caía en cascada sobre un microscopio electrónico, valorado en cinco millones de pesetas, y un calorímetro diferencial de barrido, que cuesta alrededor de diez millones. A pesar de las precauciones de las personas que trabajaban en el servicio de Microtermología y de las continuas advertencias de los responsables a los universitarios, fue constante la avalancha de orina sobre los aparatos. Otros instrumentos de trabajo de alta tecnología -uno de los cuales es único en España y sólo existen otros dos similares en Europa- no resultaron afectados por los chorros de orina.


Rosa García, responsable de este servicio -en donde se trabaja con instrumentos por un valor superior a los veinte millones de pesetas-, no pudo precisar ayer los desperfectos de los aparatos, aunque mostró su preocupación por los daños que pudieran haber sufrido las conexiones del microscopio electrónico: "Salíamos fuera para advertir a la gente que no hiciera sus necesidades allí, pero era imposible. Algunos reaccionaban bien después de orinar y nos ayudaban a poner cartones en las ventanas, pero a los pocos minutos estaban empapados".Protesta al rector

Las administrativas que trabajan también en los sótanos del edificio de Ciencias consiguieron salvar documentación preparada referente a un congreso "que pensamos mandar hasta el Japón". Los residuos líquidos, sin embargo, resbalaban por las paredes en las que pretendían trabajar estas personas: "Esta mañana (por ayer) el olor era insoportable. De lo único que te daban ganas al entrar era de vomitar". Rosa García, que cuenta con el apoyo de su director, y las administrativas que soportaron la jornada festiva estudiantil expresarán al rector su protesta por los abusos de los estudiantes: "La limpieza del campus costó hace dos años trescientas mil pesetas -explicaba Rosa García—. Además, nos estropean los aparatos y la fiesta la fomenta la Universidad. Propongo que tengan más cuidado, que el dinero, al fin y al cabo es de todos, o que inviertan más en investigación, por ejemplo".


Las paredes de la Facultad de Ciencias sirven tradicionalmente de urinarios a los miles de estudiantes que acuden a la apertura paralela. A pesar de que en los últimos años la jornada festiva es organizada desde el vicerrectorado de Extensión Universitaria, no está previsto un adecuado sistema de servicios para atender las necesidades fisiológicas de los alumnos. Los baños portátiles instalados no fueron suficientes para atender la multitudinaria demanda de los participantes en la apertura paralela.


El campus de la Universidad era ayer un inmenso estercolero y todos los recovecos de los edificios expedían un olor nauseabundo. Decenas de personas trabajaron desde primeras horas de la mañana en la limpieza de la ciudad universitaria y se prohibió la entrada de vehículos para facilitar el «fregado» del campus. Camiones de limpieza lanzaban agua a presión para tratar de arrancar la suciedad de los muros, escaleras y suelos de los edificios.«Mucho dinero»

Ayer no fue posible saber cuánto ha invertido el rectorado en la fiesta ni en la limpieza del campus después de la apertura paralela. Fuentes estudiantiles sólo pudieron señalar que la Universidad se ha gastado "mucho dinero".


Noticia de hemeroteca recopilada por Elena de la Riva y Mapi Rodríguez. Documentación de Heraldo de Aragón

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