"Se razona con sentido crítico y sin memorizar, eso es lo que nos convenció del Molière"

Hace un año ahora que Verónica y Rubén entraron por primera vez en el Lycée français Molière. Economista e ingeniero de 38 años, querían ver por dentro el colegio que posiblemente elegirían para Etienne, su hijo. La visita les convenció. "Nos dijeron que el objetivo era que los niños fueran felices allí", cuenta la madre. Era justo lo que buscaban, además de un sistema educativo como el francés, que conocieron en su época de Erasmus. "Nos gustó el razonamiento y el sentido crítico que transmite a los alumnos, y el aprendizaje práctico, sin memorizar, la preparación para la vida laboral y la proyección internacional del sistema educativo francés", explica Rubén. La decisión estaba tomada.

Ahora que conocéis mejor el colegio, ¿qué destacaríais de él?

Rubén: Nos encanta ver que Etienne quiere venir al colegio cada día, que tiene ganas y lo pasa bien aquí. Le conocen bien, se adaptan genial a su forma de ser y a su ritmo, estimulan mucho lo que ven que se le da mejor.

Verónica: El personal es muy alegre, cariñoso y profesional. Para mí las personas son muy importantes. Y las clases son espacios muy agradables, llenos de arte, color, trabajos manuales de los niños, creatividad…

¿Qué queréis para Etienne en el futuro?

V.: Con 3 años no queremos que aprenda grandes cosas, sino que sea feliz en el colegio. En el futuro, nos gustaría también que sea feliz con lo que haga y que tenga las herramientas para poder dedicarse a lo que él quiera. Creemos que aquí las conseguirá.

R.: Nos gusta la proyección internacional que tiene el Molière, el sentido crítico que aplica en cada materia, el hecho de que aprenda a expresarse en público y tenga la mente abierta al mundo.

¿Es el francés una ventaja hoy día?

R.: Hablar la lengua francesa distingue respecto a manejar solo inglés. Y aquí ya aprenden también el inglés desde los 3 años, además de contar con su lengua materna, el castellano. Al final, son trilingües.

V.: No sólo nos importa que sea bilingüe 100% en español y francés, sino todo lo que el proyecto pedagógico francés lleva consigo. Es mucho más que un colegio donde aprendes a leer y escribir, sumar y restar. Incorpora un proyecto como personas para el futuro. Eso añade mucho valor.

¿Qué dirías a unos padres que tengan que enfrentarse ahora a la elección del colegio?

R.:Que vengan a verlo y a conocer el proyecto, que se lo cuenten, porque así es como mejor se puede entender.

Un proyecto personalizado e internacional

Entrar en un aula de 1º de Infantil del Molière es una experiencia única. Desde primera hora de la mañana, los niños se expresan en francés con la profesora titular (nativa francesa), hasta que llega Edward, el profesor de inglés en esta etapa, junto a su guitarra y el ukelele, para introducir las primeras palabras y frases en inglés. El juego y la música son la mejor excusa para aprender. Luego, Susana, responsable de lengua española en Infantil, les cuenta un cuento y lo representan en forma de mural gigante manchándose y divirtiéndose con las manos de pintura. Los tiempos de descanso y juego al aire libre se respetan al máximo. Pero sobre todo, el ritmo de cada alumno, el desarrollo de sus capacidades, su estado emocional. Son las pautas principales del sistema educativo francés en este periodo.

Con estos cimientos bien firmes, el aprendizaje llega solo. Las etapas siguientes, Primaria y Secundaria, dan la oportunidad de crecer como alumnos y ciudadanos internacionales, gracias a los viajes a Francia, los intercambios con este país y con Italia, Estados Unidos o Egipto. La apertura de mente y la educación en valores se suman a una formación académica dictada por el Ministerio de Educación francés, que abre la puerta a los alumnos y alumnas para estudiar después en cualquier parte del mundo… y cambiarlo.

Más información

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