Todo listo. Y ahora, ¿vendemos o qué?

Todo listo. Y ahora, ¿vendemos o qué?

Cada momento de la historia necesita unos modelos de venta distintos y, en la actualidad, la proactividad es imprescindible.

Hay una corriente de pensamiento que defiende los momentos de crisis como una oportunidad de mejora, ya que ayudan a pensar y a redefinir lo que debemos potenciar y lo que debemos cambiar.

En mi opinión, esta última crisis que empezó en el año 2008 y que parece que ya estamos terminando, o que incluso algunas empresas ya han superado definitivamente –la alegría va por barrios–, no ha sido una excepción y ha brindado bastantes oportunidades que algunos han sabido aprovechar y otros han dejado pasar. En el caso del sector de las ventas, esta crisis ha enseñado una gran lección: cada momento de la historia necesita unos modelos de venta distintos.

En los años anteriores a este declive, España vivió uno de los momentos de mayor crecimiento económico que se recuerdan. Era tal la necesidad de consumir y de comprar, que más que vender, los equipos comerciales se dedicaban a ‘despachar’. Entre los años 2002 y 2007 se hizo con coches, pisos y artículos de lujo, entre otras opciones.

No existía la obligación de prodigarse en argumentarios de ventas, ni en hacer preguntas de detección de necesidades y ni había que salvar las posibles objeciones de los clientes, pues no las tenían. Era tal la voracidad de consumo que lo único que las empresas tenían que hacer era contratar a vendedores reactivos, que atendieran a las peticiones de los clientes y atesorar suficiente stock para poder servir los productos.

Pero la situación cambió, y donde antes eran válidos los modelos reactivos, se empezó a necesitar proactividad. Ahora, eran los vendedores los que tenían que anticiparse a las necesidades de los clientes, siendo, a su vez, sumamente escrupuloso en el seguimiento de la venta, generando confianza a través de un argumentario sólido y sabiendo responder con solvencia a las objeciones de los clientes.

Nuevas oportunidades

Mi experiencia en estos nueve últimos años en el mundo de la consultoría me ha mostrado que, a pesar de las dificultades y de los momentos críticos que vivieron muchas empresas, hubo posibilidades de seguir creciendo en facturación y ventas.

Por este motivo, las organizaciones deben plantearse, y por este orden, tres preguntas: ¿Cómo de bueno es el producto o servicio que vendo?, ¿tengo una estrategia de ventas y/o es la más adecuada? y, por último, ¿mi equipo tiene la suficiente formación en producto y en técnicas de ventas como para conseguir la confianza del cliente? Si las respuestas son afirmativas, ha llegado el momento de pasar a la acción y plantearse: Y ahora, ¿vendemos o qué?

- Opinión de Jesús Huertas Duque. Consultor de empresas y formador en Kühnel Escuela de Negocios

La Escuela de Negocios Kühnel, con una trayectoria de más de 90 años y cuyo centro de estudios se ubica en el paseo de Sagasta de Zaragoza, ofrece esta formación en ventas con la finalidad de que sus alumnos se adapten a las exigencias del mercado actual.