Cuando la odontología se lleva en el ADN

Cuando la odontología se lleva en el ADN

El Centro Médico Palafox tiene especialistas en las principales disciplinas relacionadas con el mundo de la salud.

Juan Pablo Pardos durante el último maratón de Nueva York.
Juan Pablo Pardos durante el último maratón de Nueva York.

En su ADN está escrita la palabra odontología. A esta le acompaña un germen emprendedor, una vocación médica y la fuerza de voluntad, trabajo y perseverancia heredadas de su padre, Don Elisardo Pardos Bauluz. Con estas mimbres fue como su hijo Juan Pablo Pardos, odontólogo, asesor clínico y formador en implantología y reparación ósea, inauguró en 2011 el Centro Médico Palafox.

Esta clínica, de casi 600 metros cuadrados y que está ubicada en el centro comercial Independencia, es ya un reconocido centro de especialidades en Zaragoza. Pero para el Doctor Pardos, nada de esto habría sido posible sin los valores que le transmitió su padre, don Elisardo Pardos Bauluz, «uno de los especialistas en ortodoncia moderna más reconocidos en España y pionero en Aragón, donde introdujo todas esas técnicas».

«Gracias a su ejemplo, sus valores y su respaldo descubrí mi vocación profesional», recuerda Juan Pablo. Unas palabras con las que también homenajea a su progenitor, justo en el día en que se cumple un año de su fallecimiento. «Mi padre forjó en mi persona una gran fuerza de voluntad, acompañada de un hábito de trabajo, perseverancia y constancia extraordinarios», recalca Juan Pablo.

El Centro Médico Palafox tiene especialistas en Traumatología, Fisioterapia, Clínica del Dolor, Psicológica, Reconocimientos Médicos o Medicina de Familia, pero, sin duda, destaca como clínica dental –área que el propio Juan Pablo lidera–. Y es aquí donde ofrecen un servicio de odontología integral con sedación consciente (si el paciente lo desea) e incluso de anestesia general en quirófano «para mejorar la calidad de los pacientes». Porque –y eso también se lo transmitió su padre– «la ciencia y el saber pueden convertirse en una forma de existir al servicio de los demás».

Una carrera homenaje

Del quirófano a la maratón de Nueva York para honrar la memoria de su padre

El pasado 5 de noviembre, Juan Pablo Pardos cambió sus zuecos y su mascarilla de trabajo en la Clínica Palafox por sus zapatillas de ‘runner’. Había conseguido hacerse con uno de los 50.000 dorsales de una de las maratones más emblemáticas, la de Nueva York. No era la primera en la que participaba, pero sí la más especial, porque la corría por su padre, Don Elisardo Pardos Bauluz, fallecido hace justo un año, y también porque es el lugar donde reside su hija –con una beca de estudios en la Universidad, al igual que su abuelo– que acudió a animarlo en varios puntos de la carrera. Estas fueron algunas de sus sensaciones:

Ejercicio físico. «Recuerdo que unas semanas antes de morir, mi padre me dijo que tenía que darme dos consejos: uno que me esforzara siempre mucho en el trabajo, pero que también supiera disfrutar de la vida, y otro que hiciera algo de deporte, algo que él nunca había hecho». Juan Pablo cuenta que su padre siempre se había arrepentido de no haber hecho ejercicio físico.Los más de 42 kilómetros recorridos por la ciudad de los rascacielos no le dejaron el mejor sabor de boca como carrera –y confiesa que hubo momentos en los que lo pasó realmente mal, algo a lo que también contribuyó la lluvia caída durante todo el día–, pero sí el orgullo de haberse colgado una medalla que también era de su padre.

 Emoción hasta el final. «Cuando acabé, miré al cielo y dije, ‘va por ti maestro’ –en referencia a su padre, gran aficionado al mundo de los toros–», añade Juan Pablo. Con la emoción que transmite por este logro y con la coincidencia con el primer aniversario del fallecimiento de Don Elisardo, Juan Pablo asegura que su padre está todavía presente en su día a día. «Y cada vez más», concluye.Don Elisardo, todo un referente

Don Elisardo Pardo Bauluz fue el introductor en Aragón de la ortodoncia moderna de aparatología fija y uno de los primeros de España. Trató más de 10.000 casos con éxito. Estuvo presente en numerosas sociedades científicas, escribió un centenar de artículos y libros. Don Elisardo destacó también por su faceta humanista y escribió dos obras de Historia: ‘Magallón. Apuntes históricos de la villa y la tierra’ y ‘El Santuario de Misericordia y Hospital Sancti Spiritus de Borja’, con prólogo de Don Fernando Lázaro Carreter. Nacido en Magallón el 27 de enero de 1934, Elisardo ya fue la segunda generación de médicos de su familia. Estudió Medicina en la Universidad de Zaragoza y, después, se licenció en Estomatología en la Complutense de Madrid. Su hijo Juan Pablo destaca de él su «esfuerzo, entrega, alegría y humildad» y su puesta al servicio de los pacientes «con rigor y precisión científicos como sensibilidad humana». Falleció en Zaragoza el 11 de noviembre de 2016.