Puede ser un padre preocupado continuamente por la temperatura a la que se encuentra el niño. ¿Tendrá frío? Puede que estés preocupado por su educación, por su salud ¿eso ha sido un estornudo? O, quizá, por el futuro que le espera. No importa el por qué, pero seas el tipo de padre que seas, estarás preocupado. Bienvenido al mundo de la paternidad.

Existen muchas cosas que pueden salir mal pero también, es probable que la gran mayoría de ellas terminen bien. Ser padre es una vivencia para la que, a pesar de lo que se haya oído, nunca se está preparado. Por eso es importante contar con profesionales a lo largo de la vida del niño en los que poder confiar. No se trata de aceptar todos los consejos e intentar adaptarse a todas las disciplinas o técnicas que traten de preservar la salud del niño. Se trata de mirar, comparar y confiar.

En esta guía práctica proponemos una serie de consejos para intentar hacer un poco más fácil el día a día. Es importante tomarlos como lo que son, sugerencias, cada niño y cada familia es un mundo y lo importante es conservar la sangre fría, actuar con lógica e intentar, sobre todo, ser feliz. Así que, resumido en 5 puntos:

1.- Controla tus niveles de estrés. Siempre en cualquier lugar, en cualquier momento, hagas lo que hagas alguien te va a decir que lo estás haciendo mal.

2.- Disfruta. De esos pequeños momentos de calma. Del desastre que se forma en casa a la hora del baño. De ese abrazo inesperado.  De la cara de orgullo de los abuelo.

3.- No proyectes sobre él, el futuro que tú quieres. Es muy difícil renunciar a eso, pero es la única forma de conseguir un hijo feliz.

4.- Escucha a los profesionales, por algo son profesionales. Está muy bien que lleves nueve meses leyendo sobre este tema, pero ellos llevan toda la vida tratando con niños como el tuyo.

5.- Toma tus propias decisiones. A pesar de todo, de los expertos y de los consejos, mantén siempre el control de las situaciones.

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