Albert Einstein, ¿de alumno pésimo a genio de la física?

El padre de la física moderna no destacó durante su etapa estudiantil por ser un niño brillante sino por ser rebelde y desacatar las órdenes de los profesores.

Fotografía del científico durante la vejez.
Fotografía del científico durante la vejez.

Albert Einstein tenía un coeficiente intelectual de 160, desarrolló la teoría de la relatividad y dio el primer paso para el desarrollo de la física moderna. Un genio contemporáneo ganador de un Premio Nobel de Física en 1921 que conseguiría pasar a los anales de la historia como uno de los científicos más relevantes de todos los tiempos. Sin embargo, durante la niñez jamás destacó por su brillantez, sino todo lo contrario.


Cuando apenas contaba dos años, sus padres Hermann y Pauline temieron que el pequeño Albert tuviese alguna deficiencia pues tardó más de lo normal en empezar a hablar. Y es que Einstein era un niño vergonzoso, de pocas palabras y, quizá, con un desarrollo intelectual más lento de lo normal.


Durante su vejez el propio físico daría gracias a esta supuesta lentitud pues consideró que sin ella no habría podido elaborar una teoría como la de la relatividad. Para Einstein las personas adultas no se plantean ni qué es el espacio ni qué es el tiempo, pues consideran que lo saben todo. Él, por el contrario tuvo "un desarrollo tan lento que no he empezado a plantearme preguntas sobre el espacio y el tiempo hasta que he sido mayor", afirmó el científico.


Durante la época escolar jamás destacó y no porque no sacase buenas notas, pues en algunas asignaturas era brillante. Sus docentes lo  consideraban más un alumno reacio a la autoridad al que debían amonestar de forma severa para que dejase de decir y hacer tonterías. De hecho, Einstein abandonó la escuela secundaria sin acabarla pues quería evitar, a toda costa el servicio militar.


Sin embargo, aunque en la escuela no destacase Einstein se caracterizó por su meticulosidad y perfeccionismo, aptitudes que aplicó a su pasión por la física y que lo llevaron a convertirse en uno de los científicos más relevantes de los dos últimos siglos. Consiguió entrar en el Instituto politécnico federal de Zurich y aquí comenzar la que sería una larga e intensa carrera.


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