​"La posibilidad de que la máquina falle es mínima", según el relojero de Sol

Su equipo controla la 'salud' del emblemático reloj al menos dos veces a la semana.

El engranaje interior del reloj de Puerta del Sol
​"La posibilidad de que la máquina falle es mínima", según el relojero de Sol
EFE

El miércoles, último día de 2014, a medianoche todas las miradas se posarán en el reloj que preside la Puerta del Sol y que marcará el paso al nuevo año, y el relojero encargado de su funcionamiento, Pedro Ortiz, ha anunciado que "la posibilidad de que la máquina falle" entonces será "mínima".


Para asegurar su correcto funcionamiento, Ortiz y su equipo controlan la 'salud' del reloj al menos dos veces cada semana, "lo cuidamos durante todo el año y, afortunadamente, nunca ha fallado", ha señalado el relojero.


Ortiz ha reconocido que la experiencia -se ocupa del reloj de Sol desde 1997- proporciona "tranquilidad", pero "aunque la máquina está muy cuidada, la probabilidad mínima de que ocurra algo te mantiene en vilo".


El encargado del emblemático reloj ha asegurado que es "exigente" a la hora de cumplir los protocolos y que controla especialmente la "precisión" de esta máquina del siglo XIX, que está sincronizada con el observatorio astronómico.


Ortiz ha contado que tomará las uvas pasadas las 12 de la noche, ya en 2015, "unos 2 ó 3 minutos después" de que el resto de las personas congregadas en la plaza madrileña engullan las suyas al son de sus campanadas.


"Nos relajamos cuando ha pasado el riesgo", ha asegurado este hombre que, junto a otros 3 relojeros que le ayudan, este fin de año cumple 18 años al cuidado de la maquinaria del reloj.


El relojero realizará esta misma noche el último ensayo, "con bajada de bola incluida", que precederá a la Nochevieja y que convocará, al igual que la última noche del año, a miles de personas en la Puerta del Sol en las denominadas popularmente 'preuvas'.


Ortiz ha explicado que abandonará la sede de la Comunidad de Madrid en torno a la una y media de la mañana del 1 de enero de 2015, "cuando desalojen la plaza", y, si todo va bien, con otro año más de campanadas precisas en su currículo.