Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

Single en CD y vinilo

El alfa y el omega de Los Beatles

Un disco con su última grabación (Now and Then) en la cara A y la primera (Love Me Do) en la B marca el principio y el final del trayecto discográfico del conjunto

Los Beatles 'resucitados' con Lennon a la derecha y Harrison a la izquierda
Los Beatles 'resucitados' con Lennon a la derecha y Harrison a la izquierda
Youtube

El principio y el final. El alfa y el omega de Los Beatles. Un single digital en CD y otro físico en vinilo muy intencionado y expresivo que recoge la primera y la última canción de los Fab Four. En octubre de 1962 aparecieron discográficamente a la luz pública con Love Me Do (ahora remezclada) y desde entonces trazaron un reguero de pólvora que provocó mascletás espectaculares, históricas. La última, bien reciente, en este mes de noviembre, publicando el aludido single con una nueva canción, Now and Then, que aun con dos miembros ya difuntos y tras romperse el cuarteto hace 53 años, ha vuelto a la pirotecnia del éxito. Pese a los años transcurridos y pese a estos tiempos bien alejados de modas tan añejas como la del beat, el single ha copado los primeros puestos de las listas de numerosos países, el primero Inglaterra. Como El Cid, ganando batallas subidos al caballo de la industria musical. Insólito.

¿Y qué tiene esta nueva canción para tal estruendo pirotécnico? Claro, son Los Beatles, grupo musical ya eterno y con una legión de fans irreductible y cada vez mayor. Pero, además, hay calidad o, por mejor decir, mucha dignidad: Now and Then resulta ser una canción hermosa, muy agradable, con esencias puramente beatlenianas. Una balada con Lennon a la voz y el resto aportando todas sus mejores virtudes, incluidos los punteos de George Harrison, amén de la envoltura orquestal y coral que la adorna, aquel tipo de canción que el mismo Lennon rechazó cuando escuchó por vez primera el arreglo que le había hecho Phil Spector al LP Let It Be (1970) y que hizo que se aplazara para dar paso a Abbey Road (1969), que aun siendo el último disco grabado por el conjunto se publicó en penúltimo lugar hasta que se dio el visto bueno a Let It Be y éste puso fin a la carrera del cuarteto.

La canción, compuesta por Lennon, tiene reminiscencias de los Beatles crepusculares, especialmente del álbum orquestal de Spector, es decir, del citado Let It Be, y en concreto de una de sus más bellas composiciones, Across The Universe, compuesta por Lennon; pero también de Because y Sun King, ambas de Abbey Road. E incluso remite a piezas de Harrison, como su archipopular My Sweet Lord, pero sobre todo de Lennon en solitario: Jealous Guy, del álbum Imagine (1971), con mucho piano y cuerdas, y Oh My Love y How Do You Sleep, ambas también calmadas en los tempos y del álbum citado. Esto me hace pensar que Now and Then se compuso, no a finales de los 70, como se dice, sino a principios, en plena guerra discográfica de mensajitos cruzados entre Lennon y McCartney, aunque en el fondo ambos dolidos por la pérdida del gran amigo, como viene ahora a remarcar la letra de Now & Then (If we must start again / we will know for sure / that I love you / now and then I miss you), por no estirarse al mismo Imagine, aunque esto ya sea tirar muy alto. Pero por ahí podían ir las resonancias de esta nueva y tan agradecida pieza final del orbe beatleniano.

No seré muy prolijo sobre cómo ha aflorado esta última pieza de los Beatles, una historia contada prolijamente estos días en diarios y páginas webs. Solo anotar que era la tercera elegida por los entonces tres miembros vivos para acompañar los tres volúmenes Anthology de 1995-1996. Las tres se obtuvieron de las dos cintas que Yoko le cedió a McCartney con grabaciones caseras de Lennon en un rudimentario casete. Se aprovecharon Free As A Bird y Real Love, pero con Now and Then no hubo manera. Voz y piano estaban en una sola pista y el ruido de fondo era excesivo por lo que, ante la imposibilidad técnica de limpiar y aislar los dos instrumentos, y unido al rechazo de Harrison (“esto es una mierda”, llegó a decir), los tres Beatles se rindieron, si bien dejaron grabadas diversas trazas instrumentales, entre ellas, especialmente, la sobresaliente guitarra de Harrison, ahora reforzada por Paul.

Mas llegó la polémica Inteligencia Artificial y se consiguió el milagro. Se separaron las pistas y en 2022 Paul y Ringo, que en 2006 habían retomado el proyecto, volvieron a ponerse las vestimentas arqueológicas y, bajo la dirección y asistencia técnica del neozelandés Peter Jackson (El señor de los anillos, King Kong…), que estuvo detrás de la opulenta serie documental Get Back, lograron sacar de la tierra sucia de la cinta de casete el reluciente y digitalizado tesoro sonoro, esta pieza que nos devuelve de nuevo a los Beatles inmarcesibles y que, según fuentes del sello discográfico, será (uhmm, ¿de verdad?) su final definitivo, el omega de una trayectoria que mejor hubiéramos deseado sin Inteligencia Artificial y sí con los cuatro juntos y grabando discos. Es decir, siguiendo la fructuosa estela de los Rolling Stones, que tanto (y bueno) han dado en sus seis décadas de trabajo en los discos y en los escenarios, pese a tanto malage sacando la faca para matarlos. ¡Lo que nos hubieran dado los Four de haber seguido el mismo trayecto vital y artístico de sus satánicas majestades!

Por cierto, el vídeo creado por Peter Jackson para el lanzamiento del disco, genial, una obra de arte visual con el sabor de antaño pero tecnologizada en este tiempo digital con un ingenio y atractivo superiores.

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