Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

un disco llamado a figurar entre lo mejor de 2023

Joana Serrat: “Es un lujo poder compartir este proyecto con estos musicazos”

Formando parte de Riders Of The Canyon, dueños de un primer y reciente LP, la cantante y compositora catalana afianza y engrandece su carrera artística

Joana Serrat se aparta momentáneamente de su carrera en solitario para formar parte de un magnífico grupo como Riders Of The Canyon
Joana Serrat se desvía momentáneamente de su carrera en solitario para formar parte de un magnífico grupo como Riders Of The Canyon
Andrea Font

Tras el largo proceso, aunque obviamente, incompleto, dada su gran riqueza, buscando al microscopio los detalles del gran disco que han servido Riders Of The Canyon, proceso que llevé a cabo en la entrada anterior, paso a la prometida entrevista que días atrás mantuve con Joana Serrat, uno de los sólido pilares de este insólito cuarteto nacido en Cataluña y perla excepcional del panorama pop español actual.

¿Qué te hace persistir en este cuarteto, Riders Of The Canyon, tras el EP del 2022?

Existen distintas razones: la primera, las ganas de pasarlo bien con Matthew, Roger, Víctor y David (el quinto elemento en la sombra) y ver hacia dónde navegamos, ver el recorrido que puede tener este proyecto. A la vez, tenía ganas de formar parte de una banda en la que el peso de todo lo que no es estrictamente musical no recayera sobre mí, ni detrás ni encima del escenario. Da gusto poder sentirse sólo músico, intérprete. Y esto lo echaba en falta. Necesitaba volver a lo esencial, a lo más primitivo y poner mi cabeza en pausa. Además, los tempos para hacerlo han sido ideales ya que la grabación de mi nuevo disco se ha alargado más de lo habitual y, por consiguiente, la nueva gira también se ha retrasado. En ese sentido, era un año ideal para reconectar con mi faceta artística y volver al origen.

En realidad, no es un disco completamente nuevo, puesto que ha absorbido las cinco canciones de aquel EP… ¿A qué se debe que no hayáis incluido diez canciones completamente nuevas? ¿Falta de ellas? ¿Dificultad para componer? ¿De aunar voluntades? ¿De reivindicación del EP?

Tanto Matthew como yo teníamos una buena lista de nuevas composiciones. Víctor vino también con un buen puñado de ellas y David tenía alguna nueva idea. Así que este terreno lo teníamos cubierto. Pero la verdad es que desde un comienzo ya planteamos aquel EP como un avance del disco completo. Teníamos claro que lo incluiríamos en el LP. El trabajo que hizo John Morgan Askew en tres de aquellas cinco canciones a mí me parece exquisito.

Porque, ¿cómo se gestiona y coordina un grupo de estas características, con cuatro miembros, pero con voces distintas, canciones de cada cual y ambientes y colores tan diferentes, no digamos con esa caterva tan extensa de músicos invitados?

Aquí cabe reconocer y dar mérito a la figura de David Giménez. David es uno de los miembros fundacionales de la banda a la vez que compositor, además de manager. Digamos que lleva la batuta en cuanto logística se refiere…. Ya sabes, el deadline para entregar esto es tal y tal, debemos hacernos fotos, debemos hacer estoy y lo otro… Un trabajo muy poco agradecido (te lo dice una que sabe de lo que habla, lo sufre en sus carnes). David sería el signo fijo y los otros cuatro variamos más en lo que a intensidad se refiere, dependiendo de nuestras agendas y pulsiones vitales. A la hora de componer cada uno lleva sus ideas y hace la propuesta. A veces Matthew y yo quedamos para tocar las canciones y ver el feedback del otro, pero en general es bastante relajado, a veces demasiado…jajaja. De momento hemos coincidido con las producciones sonoras de las canciones, del enfoque artístico y eso es importante. No ha habido ninguna fricción. Creo, además, que tenemos esa gran calidad de querernos, admirarnos y respetarnos. Lo ves en el estudio y en los ensayos como nos hablamos, la forma en la que damos nuestras opiniones. Es un lujo poder compartir este proyecto con estos musicazos. Les admiro mucho y aprendo mucho de ellos. Además, que es siempre un festival, no hay momento aburrido.

Imagino las dificultades para reunir a todos esos invitados con ese currículo tan brillante… ¿Cómo se les ha atraído? ¿Cómo se les ha convencido? ¿Amistad? ¿Prestancia por parte de ellos?

La verdad es que me siento muy afortunada de la riqueza humana y profesional que me ha dado y me está dando mi carrera artística. Con John Morgan Askew sabíamos el uno del otro desde hacía muchos años. Él ha trabajado con músicos a quienes admiro (Sera Cahoone) y con quienes también he girado (como The Delines). De hecho, Matthew McDaid grabó el EP Look Away Sun Child con él, en 2019, creo, a raíz de una propuesta que le hicimos aquel entonces David y yo. Con este buen resultado, sumado al hecho que hacía mucho tiempo que quería trabajar con él, las primeras canciones de Riders me parecieron ideales para que John las produjera. Lo hablamos con David en su día y estábamos los dos en sintonía. Se lo propusimos al grupo y todo el mundo estuvo encantado con la idea. Por otra parte, mi amistad con los chicos de Denton (Joey McClellan, Mckenzie Smith, Jesse Chandler) han facilitado grabaciones como Some Kinda Addiction, Master of My Lonely Time, Only in My Dreams y Dirty Water. Conocí a Joey McClellan en el 2017, durante la grabación de Dripping Springs, en el rancho estudio de Israel Nash. Me impresionó muchísimo. Sus melodías y sus fraseos de guitarras me golpearon como si fueran una extensión de mí misma, de mis canciones. Así que en 2019 le contacté para grabar Hardcore From The Heart en su estudio, en Denton, y allí fue donde se forjó nuestra amistad e hice migas con McKenzie Smith, su socio en Redwood (el estudio de grabación de ambos), y con Jesse Chandler. Así que, respondiendo a tu pregunta, hay una amistad muy bonita con Joey a la vez que admiración mutua. Siento que me ha tocado la lotería cuando alguien tan talentoso como él, que ya no solo quiere formar parte de mis proyectos, sino que dice sentir una conexión artística conmigo.

Tú sirves la música de cinco canciones y cantas en tres, amén de los numerosos coros, ¿cómo se distribuyen las aportaciones de cada cual? ¿Es algo consensuado, espontaneo, dirigido por ti misma?

Hay un poco de todo. En el caso de Dirty Water fue una canción en la que una vez hecha la rueda de acordes me quedé estancada. Además, no le veía mucho el qué, si te soy sincera. David insistía en terminarla así que la pasamos al grupo y Matthew vino con la melodía y letra. Le dio aire fresco y, una vez grabada, me parece que es una de las más potentes del disco. Así que fue espontáneo. Por otro lado, es verdad que para mí era importante, y aún lo es, no cargar con el peso del grupo y no acaparar demasiado protagonismo vocal. No se trata de que todo quede matemáticamente repartido, pero sí que no haya duda sobre el hecho de que somos una banda, no otro proyecto individual de Joana Serrat.

Porque… ¿te consideras la directora o la ‘dueña’ de este proyecto? ¿Cómo nació?

Ni soy ni me siento dueña del proyecto, soy parte fundacional de la banda. Fue una idea que se vino forjando de forma dilatada en el tiempo. Me parece que por aquel entonces había una necesidad de crear tribu. Todos los que estamos en Riders no formamos parte de ninguna escena. Tampoco se nos espera. Como artista es fundamental tener una voz propia y crear un sello propio, individual, pero a la vez hay una necesidad intrínseca al hecho creativo de trascender y de pertenencia. Nosotros no vivimos en ningún centro neurálgico y aunque estemos cerca de alguno, tampoco encajamos. Creo que esto fue un motor para crear el proyecto; además, por supuesto, de las ganas de girar y tocar.

Sorprende, sin embargo, en Everything Blooms In Spring, que tú compongas la música y hasta la letra en colaboración con David Giménez, y luego tu voz solo aparezca en los coros. ¿Generosidad? ¿Exigencias del guion?...

Es lo que te comentaba antes sobre los protagonismos. Existe la versión con mi voz y aunque a todo el mundo le parecía muy bonita, para mí era importante que el disco no se llenase de mi voz. Sin olvidar que, cuando cuentas con una voz como la de Roger Usart, lo que tienes que hacer es escuchar y observar. Su aportación dota de oscuridad a la canción y la eleva a un infierno emocional. Puedes sentir las tinieblas.

Sorprende también este papel de Roger Usart, miembro del cuarteto. Solo canta en tres canciones y hace coros, aunque esa voz grave, leonardconiana, nickaveniana, ya vale su precio en oro.

Totalmente. El grupo se nutre de todas nuestras cualidades y virtudes, y como resultado da una personalidad artística genuina. El día que uno de los elementos cambie, la banda mutará.

Sorprende igualmente que Goya haya sido la inspiración del primer y gran single de este álbum, Master Of My Lonely Time. ¿Qué te aportó el pintor aragonés en esta, parece, oda al tiempo? ¿Cómo llegaste a él?

Mi proceso lírico se basa en el contraste. Los primeros versos que escribo de una canción siempre salen sin complicaciones, de forma ágil. Pero tengo tendencia a ser concisa, me viene de mi etapa adolescente cuando leía y escribía Tankas y Haikús. No soy nada dylaniana, al contrario. Si puedo decir algo con tres palabras para qué voy a usar diez…. Por lo que terminar las letras es siempre un reto. Me requiere esfuerzo. Tengo la sensación de que cuando estoy escribiendo los versos que me faltan para terminar la canción, sólo estoy buscando otras formas de decir aquello que ya he expresado. Master Of My Lonely Time habla del tiempo, del saberse afortunada de estar viviendo algo único a la vez que esclava de lo desconocido (para algunos, destino). En mi cabeza, la ilustración de esa canción soy yo expulsada en el espacio, delante del universo, sin poder hacer nada, propulsada por las leyes de la física. Empecé a navegar por internet, a leer y no sé por qué, me encontré delante del cuadro de Goya. No es tanto el cuadro en sí, que me fascina, sino el hecho de aprender que había otras interpretaciones lo que me motivó a terminar los versos. Me pareció una oportunidad para aportar más capas de significado a aquel texto que en un inicio partía del enamoramiento. Encontré una linea compartida entre “la crueldad de ser consciente, por ser elemento activo, de vivir un acontecimiento tan único, espiritual y milagroso, pero sin tener el poder de decisión” con la violencia gráfica de Saturno devorando a esa persona.

En Dirty Water, no sé, si por arte del irlandés Matthew McDaid, o tuyo, ambos compositores, se palpa a The Band y su famoso The Weight, en tanto que en Wild River hay proximidad a Neil Young. En general, hay muchas pulsaciones hacia grandes clásicos del pop y del rock. ¿A qué se debe este influjo en estos tiempos de músicas tan pedestres con las que nos bombardean? Supongo que hay una formación y un gusto desde la adolescencia por aquellas músicas y aquellas figuras…

Lo que más me gusta del disco y de esta experiencia de grabación ha sido precisamente trabajar con distintos productores y músicos. Todos los enfoques son complementarios, aunque muchos beben de las mismas fuentes. Fuentes que, a la vez, se hablan entre ellas. Tanto nosotros como los músicos y productores con quienes hemos trabajado formamos parte del mismo mundo, compartimos un marco mental. En este disco no se partía de la base de revolucionar ningún género ni de experimentar con él. Sencillamente seguimos lo que para nosotros es natural, instintivo. Así que, el conjunto del disco tiene un sentido porqué, todos tenemos influencias que beben del mismo manantial.

Si hubiera que encuadrar el disco en género alguno, seguramente el más apropiado puede ser el de country-rock, pero eso quizá sea una etiqueta restrictiva, especialmente cuando hay canciones como Master Of My Lonely Time o Dirty Water con unas guitarras cuasi ‘noisy’ noventeras, a lo Pavement, Yo La Tengo o Mercury Rev, que poco tienen que ver con ese estilo, salvo si pensamos en el Neil Young de Rust Never Sleeps, por ejemplo. Y en un plano más de exploración sonora y vanguardia puede estar Sorrow Song… En suma, un fantástico caleidoscopio de canciones, climas y colores sonoros muy variados.

Muchas gracias por tus palabras. Creo que el disco ofrece una bonita paleta de colores y me parece enriquecedor. A lo que a género se refiere, lo considero rock y americana, esa nueva americana que incluye pinceladas indie rock, cosmic country, dream pop. Pero si me permites, tengo la sensación de que ahora mismo, en un momento en que las fronteras están tan diluidas y hay dos mundos intentando —utópicamente— cohabitar en un mismo espacio, sólo hay dos géneros: la música orgánica y la no-orgánica.

Lo que está claro es que este no es un disco con sonido de cuño español sino totalmente internacional. ¿Buscado, el peso de los invitados o simplemente intuitivo, porque es lo que complace al cuarteto…?

Desde 2017, cuando grabé Dripping Springs en Texas, ando trabajando con el mismo grupo de músicos porque, en definitiva, aparte de amistad, hablamos el mismo idioma, compartimos un código. Con los Riders pasa lo mismo, todos tenemos nuestras preferencias e inclinaciones personales, pero hay un elemento común, una visión de la música que nos apasiona y compartimos. Así que cuando hablamos de productores y colaboradores, es fácil entendernos y decidir con quiénes trabajar.

Pese a la gran calidad del disco, me imagino que tu proyecto personal sigue en pie, es decir, que a no mucho tardar tendremos continuidad del soberbio Hardcore From The Heart

Sí, mi disco está terminadísimo. Me fui a Denton (Texas) esta vez a trabajar con Matt Pence como productor y con los músicos Joey McClellan, Mckenzie Smith, Jacob Evans y Jesse Chandler. El disco lo grabamos en abril de 2022 pero no pude hacer las mezclas con Matt hasta enero de este año, 2023. Ha sido la grabación más dura de mi vida a la vez que es el mejor trabajo que he hecho hasta la fecha. Me siento muy orgullosa y ha sido un proceso transformador, doloroso pero transformador. Si todo marcha según lo previsto, en febrero del 2024 verá la luz. Tengo muchas ganas de que el público lo escuche.

¿Y las bandas sonoras o ese homenaje a David Lynch? ¿Seguirán?

¡Espero que sí! De momento tenemos otro concierto programado para el año que viene con Straight Story. Me encantaría poder hacer más películas, ya no solo Lynch. Es una gran experiencia poder tocar en directo una banda sonora.

¿De dónde viene este polifacetismo tuyo?

En casa todos somos polifacéticos. Los abuelos ya lo eran. Quizás mi padre es el que toca más disciplinas y eso ha tenido un gran impacto en nosotros, sus hijos. Desde pequeños hemos vivido de cerca su pasión por el cine (sus películas rodadas en super8), por el dibujo y la ilustración, por la música, la literatura. Mis hermanos, Toni y Carla, aparte de tener sus propios proyectos musicales — Ciuret y CARLA—, los dos dibujan muy bien. De hecho, mi hermano estudió Bellas Artes y mi hermana ilustración, y también se dedica a ello. Yo me decanté más por la escritura, aunque hubo un tiempo en que el cine y el documental fueron horizontes.

Y, finalmente, ¿qué piensas ante los elogios de Eva Amaral: “Joana compone estupendamente y canta como un ángel”?

Siempre es halagador que los compañeros de profesión te dediquen elogios. Lo recibo especialmente con cariño de alguien como Eva, que lleva tantos años en el sector a un nivel altísimo. Respect.

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