Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

No es una broma…,¡son Los 3 Norteamericanos!

El trío aragonés extrae más vivencias musicales de los sesenta en otro nuevo disco, ‘Live In Cariñena’

Los 3 Norteamericanos, sobre el escenario.
Los 3 Norteamericanos, sobre el escenario.

¿Cómo le irá la feria veraniega a Los Tres Norteamericanos por tierras de polvo, niebla, viento y sol? Imagino que fenomenal, llenando pabellones regios, plazas de toros y estadios olímpicos. Lo suyo. Sus canciones arañan en la memoria colectiva…, ¡zas!, surgió el tópico, pero, vaya, démoslo por bueno. Es que es ahí, en la veta de las vivencias comunes de hace cinco décadas e incluso más, donde hurga el trío para sacar la materia noble que anima y divierte a la gente, a una paisanada con hábitos refinados, cultivada, celosa de su pasado y lejana de fiestas y pitorreos cutres.

Quiere decir que no es gente que, entre sus principales diversiones festivas, figuren correr delante de las vacas, comer y beber incansablemente a la una, las dos, las tres y las diez, las once y la una, que cantaba el insigne ubetense; tampoco vestir con el atuendo permanente y único de un blusón como parapeto contra líquidos etílicos y manchurrones varios, fajarse los oídos ante el ‘chumbachún’ de ensordecedoras discomóviles regaetoneras, horteras, y hasta tomar parte en curiosas competiciones tal que el lanzamiento de carretillo.

Tampoco es gente cuyo divertimento televisivo mayor, a través de su cadena pública regional, sea empaparse de largas sesiones de maltrato animal en plazas de toros, ni de domeñarse ante artistas de baratillo en los escenarios que deparan ayuntamientos, peñas o avispados promotores. O sea, gente sin boina alguna de garrulismo, cultivada, exigente y sensible que aprecia el pasado y el presente de forma rigurosa, pero a la vez inteligente y divertida, pues la diversión no solo es vino y cera, sino, parafraseando el viejo aforismo de “la buena lectura distrae, enseña y cura”, abriendo espacio reflexivo en los agujeros de la mente.

Con todo ello, no extraña el gentío que va a escuchar al trío aragonés, pero no solo, por tierras propias sino de afuera y hasta de más allá del charco, cá, que a sus discos en directo ya les ponen título en plan angloamericano. Sin ir más lejos, el más nuevo se titula ‘Live In Cariñena’. ¡Como si fueran los Stones!

Ay, amigo, ¡qué bonita es la ficción! Más, si es agradable y, por supuesto, gratis. Pero, ya se sabe, está enrejada solamente en el cerebro, y si la sueltas de ahí no sale nada, humo, sueños.

Solo que, a veces, algún retazo de esa fantasía se transforma en realidad. En el caso de estos Tres Norteamericanos, en adelante L3N, como ellos se autodenominan en plan moderneras, que, tal cual señalan, “lo que empezó como un juego se ha convertido casi en un fenómeno que ha seguido multitud de personas de numerosos lugares”, lo que da para grabar discos en directo en algunos de los pueblos que visitan. Antes, fue San Martín del Moncayo y, ahora, Cariñena.

¿Que quiénes son L3N? Ya quedó constancia en una entrada del antiguo blog, pero por si acaso: un veterano trío de músicos aragoneses, David Giménez, Roberto Artigas y el mismo cantautor Joaquín Carbonell, travestido en cantante de orquesta de bolos de los sesenta, que, en realidad, es así como empezó en su pueblo natal, Alloza. Un trío que aborda viejos repertorios de época con ironía pero con mucho respeto y con un saludable punto de diversión, desempolvando viejas canciones que se clavaron en la memoria general desde sus mismísimos primeros aleteos.

Hablamos de canciones como ‘Mis manos en tu cintura’,’Tú serás mi baby’,‘Ahora te puedes marchar’, ‘Dile’, ‘Mami blue’, ‘Cartagenera’…, en el primer disco en directo. Y ahora, en este segundo, con un sonido de lujo y una instrumentación mayor, no en vano por ahí anda el atleta de la guitarra, Arrazola, o el polivalente Richi Martínez al teclado, brotan canciones como, ‘No puedo quitar mis ojos de ti’, del enamoradizo Matt Monro, ‘La moto’, de Los Bravos, ‘Mejor’, de Los Brincos, enlazada con ‘La caza’ de Juan y Junior, ‘Es muy fácil’, de Los Mitos, el ‘Hello Mary Lou’ de Ricky Nelson que aquí popularizó el Dúo Dinámico, ‘Que se mueran los feos’, de Los Sirex… y así un grueso puñado del que hasta se escurre el mismo ‘La, la, la’ eurovisivo, el famoso ‘Cucurrucucú paloma’, pasado talentosamente  al baladismo romántico bajo la voz impecable de Carbonell, la recuperación de todo un hit de la España de los 50 como fue el ‘Rico vacilón’, de Xavier Cugat, o la divertida mutación a ‘Nunca llueve al sur de Cariñena’ del  ‘It Never Rains In Southern California’, del gibraltareño Albert Hammond, sí el padre del famosos guitarrista de The Strokes.

No, no, L3N no es una broma, es un serio ejercicio de memoria musical, que el público sigue de forma entrañable, divertida, agradable, y a ellos les da para solazarse, ganarse unos euretes (supongo) y cuando menos para fardar de que han cantado en el Olimpia, aunque sea el de Cariñena. Vacilón, que rico vacilón…

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