Blog Cuarta dimensión

por Carlos Bogdanich

La naranja asesina

lana 3
lana 3

Despreciamos costumbres de otras culturas y nos "alimentamos" de excrementos de gusanos. Echamos la culpa de las desgracias a nuestra 'media naranja' y no hemos aprendido a saber "exprimirla"...


¡Qué jugosas y que ricas, además de vitamínicas, son las naranjas que nos brinda la sabia Naturaleza!... ¡Qué alegría y felicidad para el que, en esta vida, encuentre su "media naranja" y así compartir los avatares de la existencia!... Pero atención, no todos los "zumos" saben iguales, ni aportan energía, ni favorecen la salud incluso emocional.


La naranja camuflada


Nadie pone en duda la capacidad vitamínica de esta rica fruta. La vitamina C que contiene nuestro cuerpo no la puede producir por sí solo, ni tampoco la almacena. Por ello es vital, como buen antioxidante, para nuestro crecimiento y reparación de tejidos en todas las partes del cuerpo. Pero resulta que últimamente en muchos sitios nos vienen "camufladas". Quizá sea por aquello de que 'todo nos entra por los ojos' y a más atractivo mejor venta...


A veces el mejor disfraz encubre una realidad poco o nada apetecible, como siempre 'no es oro todo lo que reluce'.


Cada vez más el consumidor se conciencia en observar detenidamente los componentes que traen los alimentos. Existe aún mucho desconocimiento ya que, la mayoría de las veces, vienen rotulados con nombres "raros" o números código que sólo un químico puede descifrar. Hoy le ha tocado  a mi jugosa naranja. Según versa en su etiquetado llevan un "conservante" de cera para que luzca mejor. Su "dni" es (E-904 y E-914), imazalil, pirimetanil, ortofenilfenol y tiabendazol, como podéis observar en la foto.


Este aditivo, es una cera resinosa que se extrae  de los excrementos del gusano de la laca que habita en las selvas de Indonesia y la India. Mientras que el E-914 es una cera sintética que se obtiene del petróleo. Ambos tienen cierto grado de toxicidad por lo que se recomienda lavarse bien las manos después de pelar la fruta. Pero ¡¡¡Qué culpa tiene el tomate, perdón, la naranja!!! para que la "disfracen" con capa tóxica.


La media naranja 


Pero aléjemonos de tanta química tóxica 'libando el néctar romántico' que esta fruta nos aporta, la búsqueda de nuestra "media naranja".


A pesar de lo romántico que suena la frase, su verdadero origen dista mucho de lo que creemos y sentimos. Esta expresión tiene su inicio en la obra de Platón 'El Banquete'. En ella el poeta de comedias griego Aristófanes decía que, en un principio, la raza humana era casi perfecta. Los seres eran esféricos como 'naranjas'; tenían dos caras opuestas sobre una misma cabeza y se desplazaban rodando. Dice que su vanidad les llevó a enfrentarse a los dioses creyéndose semejantes a ellos y por ello Zeus les castigó partiéndolos por la mitad con el rayo. A partir de entonces, los seres humanos nos vemos condenados a buscar entre el resto a nuestra 'media naranja' para que nos haga más "completos".


A partir de hoy, cuando bebamos su zumo, pelemos una naranja o busquemos a "nuestra media", cerciorarse que no contenga cera resinosa en su "atuendo" y verificar que no llevemos nosotros una "vestimenta tóxica"...


Felices pesadillas...


























































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