El Confidencial ha publicado que Urdangarín estuvo el jueves pasado en un casino exclusivo de Londres, pero eso es lo normal. ¿A dónde va a ir este hombre que ya no puede ir a ninguna parte? El casino es lo único que le queda. Su vida se reduce a un ir y venir entre el casino y la Audiencia. Igual que Bárcenas, entre careo y careo, va a esquiar a las antípodas. Habrá que ver dónde se asolea Miguel Blesa.

Los imputados de luxe están pulverizando el estado de derecho. La reforma de las Administraciones Públicas se refiere a eso: que los jueces solo procesen a las rentas bajas, que los fiscales hagan de defensores o se dediquen a acusar a los jueces, etc.

Lo grave es que la Infanta Cristina, mientras su marido se quitaba las penas perdiendo unos miles de libras, estuviera en el aniversario de su abuelo, convertido en una ceremonia de Estado por la presencia vergonzosa de los presidentes del Congreso y el Senado y otras autoridades.

Esa foto fue un rescate preventivo de la Infanta. Preventivo porque no se sabe en qué estado se halla su causa, embarullada por el esperpento Montoro y sus auxiliares de Hacienda. Para salvar a la Infanta el gobierno se va a echar encima a los notarios. Una vez desactivados los jueces, ahora les toca a ellos de refilón. Si insisten, también serán reformados.

El juez Elpidio, que metió en la cárcel al intocable Blesa, no ha sido capaz de elucidar en qué quedan los procedimientos contra el banquero tras la deconstrucción técnica aplicada por la jerarquía. Ahora el encausado es él. La táctica para preservar a los intocables presuntos es confundirlo todo. Y después cambiar los papeles: los jueces, juzgados. Los notarios, desprestigiados. etc.

Hasta que se declare o se legisle la inocencia universal, el indulto previo y el aforamiento preventivo de notables, los pobres millonarios más o menos imputados o en limbos alegales tienen que limitarse a ir a los casinos.

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Actualización:

Urdangarin niega haber ido a Londres el jueves y dice que nunca fue al casino