Blog - Al Alba

por Mariano Gistaín

Rajoy ha mejorado gracias al susto de Aznar

El regreso furibundo de Aznar ha sido una maniobra para que queramos más a Rajoy. Y lo han conseguido.


La reaparición del Ex en la tele tensó el país a tope. Una ola de nervios y rampas recorrió los apacibles conventículos donde sestea el poder a la espera de instrucciones de Roma.


Luego Aznar fue a incendiar el Congreso, donde se agotaron las reservas de gintonic barato.


Este regreso lo ha urdido la Troika de Jalisco (troiquica en lapapypiense), que es quien maneja los hilillos patrios, siempre a las órdenes de Merkel.


El caso es que ante semejante bronca España se echó a temblar. Hasta la letra de Bárcenas se hacía más cursiva, como cogiendo velocidad.


Luego Aznar ha vuelto a sus cosas y hemos recuperado la plácida languidez de la patria sin pulso. (Solo faltan las moscas, que las habrá eliminado Monsanto confundiéndolas con abejas).


El dulce sopor rajoyante. Qué bendición. Si no fuera por el hambre y la miseria y la deuda y el deficit y los recortes y la atonía comercial esto sería el paraíso.


Después del calambrazo que provocó el bigote ralo de Aznar Rajoy resulta una madraza. Solo hay que ver lo bien que pasea con el presidente del Uruguay por la Moncloa. El vídeo oficial es fabuloso (verlo sin sonido, hasta el final).


Tras el azanarazo Rajoy ha mejorado muchísimo. Que vaya el CIS a preguntar por las casas y verán cómo el presidente, una vez repuesto del susto, raspa por fin el aprobado.