Blog - Al Alba

por Mariano Gistaín

Arreglando España: Comida de barones y baronesas

Hoy se reúnen los barones y baronesas en el redil de Rajoy. Los convoca a comer, aunque no se explica quién pagará la factura, que a estas alturas es lo único que interesa al Gallinero Tuitero, una especie de Senado rápido y Corte Suprema veloz.


La factura de la comilona no la pagará el Bigotes, ni Bárcenas, ni la trama Gürtel (se salvará de la cárcel por la diéresis, que es eximente). La comida de hoy se revende por las respectivas baronías como rebeldía, pero todos agacharán las orejas a lo que mande la Troika (la Troiquica en Aragón) de Jalisco, que ahora está formada por cinco elementos o members (por sus siglas en inglés). El propio presidente ha mandado a un motorista para avisar de que la comida la pagarán a escote, y que no la carguen a sus respectivas autonomías, ni al confeti de cumpleaños, ni a la iluminación de bodas, que son sectores muy vigilados.


Ahora que se van a suprimir los pueblos el problema es qué hacer con tantas piscinas, pabellones, casas de cultura, etc. Solo se desmantelará lo justo para que sobreviva el Estado, que ya se reduce a cuatro banderas deshilachadas, dos submarinos insumergibles y la marca propiamente dicha, que la llevaba Corinna a comisión.


¿Quién ha de pagar la comida? ¿España, el Partido, las autonomías (excepto las del cupo y la de los mapas)? Todo indica que en este momentazo brutal la comilona de las baronías se resolverá con tupper y café de máquina. Aunque, quizá en el capítulo de comuniones se pueda encontrar algún rescoldo o fondo ignorado por los sabuesos de Merkel.


La comida concluirá según lo previsto.


Y luego, a fumar por los bares, como el portavoz Alonso.